¿Cómo están mis Superkids favoritos? El nuevo año todavía está en pañales, pero sé que notas cómo las cosas van cambiando a tu alrededor mientras pasas tiempo con Jesús.
¡El mes pasado decidimos lanzarnos de lleno al negocio del reino de nuestro Padre! Ese es un gran paso para un niño. ¿Por dónde empiezo? ¿Quién me dice qué hacer? ¿Cuál es mi primer trabajo? Jesús también tuvo que encontrar respuestas a cada una de esas preguntas.
¿Por dónde empiezo?
Cuando comienzas a trabajar para una empresa, una de las primeras cosas que aprendes es el Código de Vestimenta. Es posible que te entreguen una camisa oficial con el logo de la empresa y tu nombre, o una tarjeta de identificación que les indique a los clientes quién eres. Seguramente lo hayas visto cuando entras en una tienda. Es fácil reconocer quién puede ayudarte cuando los empleados visten una camisa con el nombre de la compañía. ¡Entonces, supongo que el lugar para comenzar es al vestirnos bien para el trabajo! No te preocupes Superkid, ¡no estoy hablando de usar un vestido o un traje todo el tiempo! La ropa natural que lleves puesta no le dirá a la gente que trabajas para el Señor. Estoy hablándote de algo extra que hace las veces de una brillante camiseta roja con la inscripción LE PERTENEZCO A JESÚS en letras gigantes por delante y por detrás. Jesús nos revela de que se trata en Juan 13:34-35, Nueva Versión Internacional para lectores: «Les doy un nuevo mandamiento. Ámense los unos a los otros. Deben amarse los unos a los otros, como yo los he amado a ustedes. Si se aman, todos sabrán que son mis discípulos.»
Si quieres que todos sepan para Quién trabajas, ¡tendrás que usar tu ropa oficial del AMOR! Colosenses 3:12-14 dice: “Ustedes son las personas elegidas de Dios. Son santos y amados de corazón. Así que, pónganse la misericordia y la amabilidad como si fueran su vestimenta. No sean orgullosos. Sean gentiles y pacientes, soportándose mutuamente. Perdónense si guardan algo contra alguien. Perdonen, así como el Señor los ha perdonado. Y sobre todas estas cosas buenas, vístanse con el amor”.
¡El amor que llevamos por dentro es demostrado a los demás por fuera! Nos hace ser amables, humildes, gentiles y pacientes con los demás. Pueden vernos cuando perdonamos. Cuando la Palabra dice: «sobre todas», nos está diciendo que todas estas características en nuestras vidas provienen del amor.
A veces, cuando las personas llegan a casa del trabajo, lo primero que hacen es ponerse algo más cómodo. Lamentablemente, muchas veces actuamos de esa manera con nuestra ropa del amor. Trabajamos duro todo el día para obedecer en el colegio, ser amables con nuestros amigos, causar una buena impresión en la iglesia y luego volvemos a casa y queremos sentirnos “cómodos” con aquellos que más amamos. El amor de Jesús nunca deja de amar. Cuando te des cuenta que estás amando menos que lo que Jesús ama, ¡vuelve a ponerte la ropa! Ama a tus padres, a tus hermanos y hermanas. Personalmente, cuando me cuesta amar, hago dos cosas:
1) Cambio mi amor por el amor de Jesús, diciendo: “Jesús, te amo con todo mi corazón, alma, mente y fuerza, y amo a mi prójimo (o mi hermana o hermano) como a mí mismo.”
2) Me recuerdo a mí misma cómo debe lucir la ropa del amor de Jesús al leer 1 Corintios 13:4-7: «El amor es paciente. El amor es amable. No desea lo que le pertenece a los demás. No se jacta. No es orgulloso. No deshonra a otras personas. No se preocupa por sus propios intereses. No se enoja fácilmente. No realiza un seguimiento de los errores de otras personas. El amor no es feliz con el mal. Pero está lleno de alegría cuando se habla la verdad. Siempre protege. Siempre confía. Siempre espera. Nunca se rinde».
El amor es el color de tu camisa oficial de trabajo. No te la quites cuando llegues a casa: tu familia necesita el amor de Jesús que fluye desde ti. Superkid: Tu ropa del amor nunca necesita ser lavada o reparada porque, “El amor nunca falla” (versículo 8).
El amor de Dios nunca falla: nunca te falla a ti, ni a los demás. ¡Cuando usemos nuestra ropa de Jesús, la gente verá no solo Su amor en nosotros, sino que comenzará a verlo a Él Mismo! ¡Ese amor que fluye desde nosotros hacia los demás, crece y crece a medida que pasamos tiempo con Aquel que nos AMA!
Feliz día de San Valentín, Superkids. Espero haber respondido a la pregunta de “por dónde empezar”. Ahora, Jesús quiere que te haga una pregunta de San Valentín muy importante:
¿Serás mío?
CON AMOR, AMOR,
MUCHO AMOR
La Comandante Kellie