• ÚLTIMA EDICIÓN
    • EXTRAS
    • Quiénes Somos
    • Institucional
  • DESTACADOS
    • Kenneth Copeland
    • Gloria Copeland
    • Pr. George Pearsons
    • Terri Copeland Pearsons
    • Colaborador Destacado
    • Academia SuperKid
  • ARCHIVO
  • ¡Suscríbete GRATIS!
  • ¡Suscríbete GRATIS!
  • ÚLTIMA EDICIÓN
    • EXTRAS
    • Quiénes Somos
    • Institucional
  • DESTACADOS
    • Kenneth Copeland
    • Gloria Copeland
    • Pr. George Pearsons
    • Terri Copeland Pearsons
    • Colaborador Destacado
    • Academia SuperKid
  • ARCHIVO
  • ¡Suscríbete GRATIS!
Gloria Copeland

Tu lugar de abundancia

julio, 2015 No hay comentarios
Close

¡SUBSCRÍBETE GRATIS A NUESTRA REVISTA!

La revista "LA VOZ DE VICTORIA DEL CREYENTE" es un regalo de los Ministerios Kenneth Copeland
Haz clic aquí para ingresar tus datos

Tu lugar de abundancia
La Voz de Victoria del Creyente julio, 2015
¡Comparte con tus amigos!
     

De todas las cosas que amo acerca de Dios (y son muchísimas cosas) una de mis favoritas es la siguiente: Él no solamente tiene que esperar a que las cosas pasen para luego decidir lo que va a hacer. Él siempre sabe lo que va a pasar y se prepara con anticipación.

Esto es especialmente cierto cuando se trata de Sus hijos.

Él nos conoce, nos ama y nos escogió para que fuéramos suyos. «Dios nos escogió antes de la fundación del mundo» (Romanos 8:29, Efesios 1:4). Él diseñó un plan y un destino para cada uno de nosotros, y por adelantado ha provisto cualquier cosa buena que alguna vez pudiéramos necesitar o desear.

La Biblia nos lo confirma en Efesios 2:10 (AMP): «Somos hechura [propia] de Dios [hechos por sus manos], recreados en Jesucristo [nacidos de nuevo] para que podamos hacer esas buenas obras que Dios predestinó [planeó con anticipación] para nosotros [tomando los caminos que Él preparó antes de tiempo], para que nosotros anduviéramos en ellos [viviendo la buena vida que Él ha diseñado con antelación y alistado para que vivamos]».

Obviamente, ¡que no existe nada que se quede al azar acerca de las cosas que Dios preparó para Sus hijos! El nunca mira a alguien el día que nace de nuevo y dice: “Oh, no me di cuenta que esta persona iba a ser salva. Supongo que será mejor que decida rápidamente donde voy a ponerla y lo que quiero que haga”.

No, Dios se ha estado preparado para cada uno de nosotros por mucho, mucho tiempo — y todo lo que ha preparado para nosotros es bueno porque eso es lo que Él es.

Lo puedes comprobar mirando lo que hizo por Adán y Eva. Antes de que siquiera fueran creados, Él preparó el universo entero para que lo disfrutaran. Les proveyó un lugar tan hermoso y lleno de abundancia que para los estándares de Dios —los cuáles deben ser muy estrictos, considerando el hecho que las calles del cielo están pavimentadas con oro— clasificaba como “bueno en gran manera” (Génesis 1:31).

Por supuesto, como todos sabemos, Adán y Eva pecaron y arruinaron esa bondad. Desobedecieron a Dios y le permitieron al diablo robarse no solamente su BENDICIÓN, sino también la de toda la humanidad. Pero a pesar de eso, la naturaleza de Dios y Su plan no cambiaron.

Él sabía lo que ellos haría aún antes de que lo hicieran y se había preparado para ese momento. Él ya había planeado enviar a Jesús «el Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo»  (Apocalípsis 13:8), para pagar por el precio del pecado, derrotar al diablo, restaurar LA BENDICIÓN y abrir la puerta para que cada uno de nosotros regrese por sí mismo a nuestro “lugar de abundancia” (Salmos 66:12).

Te lo digo: ¡Dios en un Dios bueno!

La Biblia lo declara desde el Génesis hasta Apocalípsis. Nos dice una y otra vez que Él se alegra en la prosperidad de Sus siervos (Salmos 35:27). «El Señor es bueno con todos, y se compadece de toda su creación… Cuando abres tus manos, colmas de bendiciones a todos los seres vivos» (Salmos 145:9, 16).

«Cuán grande es tu bondad,» declaran las escrituras: «que has guardado para los que te temen… Las cosas que ningún ojo vio, ni ningún oído escuchó, ni han penetrado en el corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman» (Salmos 31:19, 1 Corintios 2:9).

Posiciónate para recibir

Quizás pienses, Bueno, si Dios tiene tanta bondad preparada para mí, ¿por qué no la he experimentado todavía en mi vida?

Porque sólo puedes experimentarla acorde a tu capacidad de recibir.

El Señor me mostró esto hace algunos años mientras miraba (¡de todas las cosas!) el evento deportivo Super Bowl. En los últimos instantes del juego, el quarterback dio un paso hacia atrás para lanzar el tiro que les daría el pase para la victoria, mientras contemplaba el campo de juego buscando por alguien que pudiera recibir. Dios habló a mi corazón.

Recordándome 2 Crónicas 16:9: «Los ojos del Señor están contemplando toda la Tierra, para mostrar su poder a favor de los que mantienen hacia él un corazón perfecto», el Señor me dijo que siempre está buscando por alguien que tenga la capacidad de recibir todo lo que Él tiene preparado para ellos. Es el análogo a ese quarterback en el juego de fútbol americano, ¡siempre está buscando alguien que reciba!

¿Y qué es lo que determina nuestra capacidad de recibir?

El primer factor determinante es cuánto sabemos de Dios. A pesar de que es muy triste decirlo, muchos cristianos no saben mucho. Puede que hayan escuchado unos pocos versículos bíblicos. Es posible que les hayan enseñado un montón de tradición religiosa. Y es posible que hayan ido a la iglesia por muchos años. Aún así, no entienden que la voluntad de Dios para ellos siempre ha sido buena. Ellos no saben que Él quiere sanarlos, prosperarlos y BENDECIRLOS en cada área, porque nunca han pasado suficiente tiempo en la Palabra para descubrirlo.

¡Este es un gran problema! La fe es la vía a través de la cual recibimos todo de parte de Dios, y la fe viene por el oír de Su Palabra (Romanos 10:17); si no sabemos lo que la Palabra dice acerca de las cosas buenas que Dios tiene preparadas para nosotros, nuestra capacidad de recibirlas estará obstaculizada.

Puedo atestiguar acerca de esto desde mi experiencia personal. Puedo recordar cómo era nuestra vida antes de que escucháramos y creyéramos la Palabra de Dios. ¡Era patética! Aceptábamos cualquier cosa mala que llegara a nuestro camino. Si empezábamos a sentirnos enfermos, nos poníamos nuestra ropa de dormir, nos metíamos a la cama y decíamos: “estoy enfermo”. Si las cosas iban mal en lo financiero (muy frecuentemente) le permitíamos a la pobreza golpearnos hasta que nos dejara en un lugar en el que no podíamos pagar nuestras cuentas.

Estábamos viviendo en un mundo completamente diferente del que vivimos ahora. Nuestra realidad completa estaba basada en el ámbito natural, así que continuamente estábamos sujetos a las cosas negativas que el diablo estaba haciendo. Sin embargo, en estos días vivimos en un ámbito mucho más alto. ¡Vivimos en el reino de Dios!

Y lo que es mejor, en los últimos 47 años hemos aprendido mucho acerca de cómo operar en ese reino. Por un lado, hemos aprendido que para conectarnos con el plan de Dios para nuestras vidas tenemos que hacer las cosas a Su manera. En lugar de inventarnos nuestro propio plan y correr tratando de conseguir las cosas por nosotros mismos, tenemos que obedecer las instrucciones que Jesús nos dio en Mateo 6:31-33:

«No te preocupes y estés ansioso, diciendo, ¿Qué vamos a comer?, o ¿Qué tomaremos? Porque los gentiles (paganos) desean, se antojan y diligentemente buscan estas cosas, y tu Padre celestial sabe muy bien todo lo que necesitas. Pero busca (ponte como objetivo, persigue) primero todo Su reino y Su justicia (Su manera de hacer las cosas y estar bien), y todas estas cosas te serán añadidas» (AMP).

Escoge caminar en sabiduría

Nota que de acuerdo a esos versículos, los no creyentes deben buscar su provisión. Ellos deben buscar y añadirse cosas por sí mismos porque no tienen un Padre celestial que cuide de ellos. Pero, tú y yo como creyentes estamos en una posición totalmente diferente. No tenemos que vivir de  acuerdo al sistema del mundo donde el perro se come al otro perro. No tenemos que alimentarnos a nosotros mismos. Tenemos un Padre que puede y proveerá todo lo que necesitemos y deseemos. Él nos dará más de lo que alguna vez podríamos obtener por nosotros mismos. Lo único que debemos hacer es mantenerle la puerta abierta para que lo haga, al buscarlo a Él primero y al poner Su Palabra en primer lugar en nuestras vidas.

¿Por qué Su Palabra es de vital importancia?

Porque Su Palabra es Su sabiduría, y Su sabiduría nos enseña Su manera de hacer las cosas y estar bien. Nos enseña cómo vivir en el lugar de la BENDICIÓN — ese lugar de abundancia que Él ha provisto para nosotros.

El nivel de la sabiduría de Dios en el que tú y yo caminamos determina la capacidad que tenemos para recibir de Su bondad — y somos nosotros los que decidimos cuánto de esa sabiduría recibiremos. Dios la tiene lista para nosotros a través de Su Palabra y Su Espíritu Santo, pero no nos forzará para que la obtengamos; Él no es un dictador que hace que las personas hagan las cosas a Su manera. Él simplemente se nos ofrece a Sí mismo y Su sabiduría, y nos deja elegir lo que queremos hacer.

Si escogemos buscarlo con todo nuestro corazón y hacer lo que nos enseña en Su Palabra, veremos Sus promesas cumplirse en nuestras vidas. Seremos cabeza, y no cola. Seremos BENDECIDOS al salir y regresar, BENDECIDOS en la ciudad y en el campo. Caminaremos en honor, riquezas, gloria, sanidad y prosperidad.

No te estoy diciendo que todas estas cosas se manifestarán en nuestras vidas de la noche a la mañana. Pero, si vamos a entrar en el plan de Dios y a permanecer en el, siempre estaremos creciendo o incrementando.

Eso fue lo que le paso a Josué en el Antiguo Testamento. ¿Has leído alguna vez acerca de esto? Él fue el líder que llevó a los Israelitas a la Tierra prometida. Dios le dijo al comienzo de su viaje que si mantenía Su Palabra en su corazón y boca, y la obedecía, podría «obrar con sabiduría y tendría éxito» y «poco a poco» él y los Israelitas tomarían posesión completa de la región (Josué 1:8, Deuteronomio 7:22, AMP).

Obviamente, Josué siguió esas instrucciones; hizo todo lo que Dios le dijo que hiciera y Dios hizo todo lo que dijo que haría. Ellos fueron la pareja perfecta y manifestaron la victoria.

A pesar de que todo no sucedió instantáneamente, al final de su vida Josué pudo decir: «Ni una sola cosa de las cosas que el Señor nuestro Dios prometió ha fallado… Todas ellas se han cumplido» (Josué 23:14, AMP).

Mantente firme en los momentos difíciles

Pienso que existe una cosa que es importante saber acerca de Josué, y es esta: Él era un guerrero. Cuando enfrentó desafíos, no bajó sus manos y dijo: “¡me doy por vencido!” No; él empujó a través de los desafíos y se mantuvo creyendo y obedeciendo a Dios hasta que obtuvo la victoria.

Para obtener todas las cosas buenas que Dios tiene preparadas para nosotros, debemos hacer lo mismo. ¿Por qué? Porque tenemos un enemigo. Su nombre es Satanás. El viene a robar, matar y destruir.

Y aunque Jesús ya lo derrotó, él hará cualquier cosa que pueda para desanimarnos y para que no le creamos a Dios. Él nos miente todo el tiempo, especialmente cuando nos enfrentamos a circunstancias difíciles, y nos dice que la Palabra de Dios no se cumplirá para nosotros.

Como creyentes, nuestro trabajo es resistir al diablo manteniéndonos «firmes en fe [en contra de sus ataques —enraizados, establecidos, fuertes, inamovibles y determinados]» (1 Pedro 5-9, AMP). Eso significa que tenemos que mantenernos firmes en los momentos difíciles. No podemos darnos por vencidos cuando recibimos una mala noticia y luce como que no lo lograremos. Para caminar en la plenitud del plan de Dios para nuestras vidas debemos continuar creyendo y obedeciendo a Dios.

Quizás digas: “pero Gloria, no sabes lo malo que es el reporte. He perdido mi trabajo, estoy casi en la quiebra. Pareciera que no hay una salida de escape”.

Con Dios siempre existe una salida, porque con Él: «todo es posible» (Marcos 9:23). Aun si atraviesas la quiebra, Él puede sacarte de allí y prosperarte más allá de lo que alguna vez soñaste. Él puede cambiar esa experiencia penosa en la mayor BENDICIÓN que alguna vez hayas experimentado.

Pero para hacerlo, Él necesita que dejes de preocuparte y empieces a pelear la buena pelea de la fe. Él necesita que digas, “¡Aleluya! ¡Estaba buscando un trabajo cuando encontré este otro! Dios debe tener aún uno mejor que el que tenía. ¡Espero con ansias descubrir de qué se trata!”

Esa es la actitud que uno de nuestros colaboradores decidió tomar hace algunos años cuando perdió su trabajo. En vez de desanimarse (cosa que podría haber hecho porque el trabajo que perdió era muy bueno y le pagaba mucho dinero), decidió creerle a Dios y sumergirse en la Palabra de Dios.

Todas las mañanas iba a un restaurante local como si fuera a la oficina. Llevaba su Biblia y el libro de Ken “Las leyes de la Prosperidad” y se sentaba durante horas, tomando café y edificando su fe para recibir la gran BENDICIÓN financiera que Dios tenía reservada para él.

A medida que se focalizó en Dios, buscando primero Su reino y Su forma de hacer las cosas y estar bien, descubrió que Dios realmente tenía un plan. Él ya tenía preparado un lugar de abundancia para él. Eventualmente, Dios lo hizo tan rico que se convirtió en la primer persona que donó un millón de dólares a este ministerio.

«Dios no hace acepción de personas» (Hechos 10:34). Cada persona que escucha el evangelio y hace de Jesucristo el Señor de su vida, está calificada para recibir todas las bondades de Dios. Y Él tiene algo tan bueno preparado para ti tal como lo tenía por ese hombre que se convirtió en un millonario.

Así que invierte tu tiempo en la Palabra de Dios; cree lo que Él dice. Haz lo que te pida que hagas, y rehúsate a darte por vencido hasta que tengas el mismo testimonio que Josué tuvo: «todas las promesas se han cumplido».

Posiciónate para ser un receptor, porque antes de la fundación del mundo, Dios preparó un lugar de abundancia par a ti.


¡Comparte con tus amigos!
     
  • Share This:
Previous ¿Qué pasa Superkid?
Next Boletín de las Buenas Nuevas / Julio 2015

Your comment Cancel reply

You must be logged in to post a comment.

Ingresa con tu Facebook

Publicado en:

Más artículos en la misma edición:

Billye Brim

Un despertar hacia Dios

Academia SuperKid

¿Qué pasa Superkid?

Gloria Copeland

Tu lugar de abundancia

Boletín de las Buenas Nuevas

Boletín de las Buenas Nuevas / Julio 2015

Kenneth Copeland

La unción «de carpa» está de regreso

Kenneth Copeland

Una invitación a la colaboración, de parte de Kenneth Copeland

Colaborador Destacado

Del fracaso al favor

Gloria Copeland

Nunca estés demasiado ocupado para la Palabra

Todas las Secciones

  • Academia SuperKid
  • Bill Winston
  • Billye Brim
  • Boletín de las Buenas Nuevas
  • Colaborador Destacado
  • Creflo Dollar
  • David Barton
  • Dennis Burke
  • Dr. Caroline Leaf
  • Dr. David Weeter
  • Dr. Don Colbert
  • Editorial
  • Gloria Copeland
  • Happy Caldwell
  • Hilton Sutton
  • Jenny Kutz
  • Jeremy Pearsons
  • Jerry Savelle
  • Jesse Duplantis
  • John Copeland
  • Joseph Prince
  • Keith Butler
  • Keith Moore
  • Kellie Copeland
  • Kenneth Copeland
  • Mac Hammond
  • Marilyn Hickey
  • Mark Barclay
  • Marty Copeland
  • Melanie Hemry
  • Oral Roberts
  • Pr. George Pearsons
  • Promocional
  • Rick Renner
  • Ronald C. Jordan
  • Scarlett Stephenson
  • Terri Copeland Pearsons
  • Terri Savelle Foy
  • Testimonios de Victoria
  • Uncategorized
  • Vikki Burke

Secciones

  • Academia SuperKid
  • Bill Winston
  • Billye Brim
  • Boletín de las Buenas Nuevas
  • Colaborador Destacado
  • Creflo Dollar
  • David Barton
  • Dennis Burke
  • Dr. Caroline Leaf
  • Dr. David Weeter
  • Dr. Don Colbert
  • Editorial
  • Gloria Copeland
  • Happy Caldwell
  • Hilton Sutton
  • Jenny Kutz
  • Jeremy Pearsons
  • Jerry Savelle
  • Jesse Duplantis
  • John Copeland
  • Joseph Prince
  • Keith Butler
  • Keith Moore
  • Kellie Copeland
  • Kenneth Copeland
  • Mac Hammond
  • Marilyn Hickey
  • Mark Barclay
  • Marty Copeland
  • Melanie Hemry
  • Oral Roberts
  • Pr. George Pearsons
  • Promocional
  • Rick Renner
  • Ronald C. Jordan
  • Scarlett Stephenson
  • Terri Copeland Pearsons
  • Terri Savelle Foy
  • Testimonios de Victoria
  • Uncategorized
  • Vikki Burke

Artículos Recientes

Billye Brim

Un despertar hacia Dios

Junio 29, 2008, El Señor interrumpió nuestra reunión de oración corporativa aquí en la Montaña de Oración en los Ozarks (Prayer Mountain in the Ozarks). Estábamos orando acerca de las próximas elecciones. Orábamos por América. Estábamos orando por Israel y las naciones. El núcleo del grupo había estado orando junto por algún tiempo, así que [...]

Estás Navegando...

JULIO 2015

®Ministerios Kenneth Copeland