¿Sabes lo que ocurrió cuando hiciste a Jesucristo el Señor de tu vida? No solo recibiste el perdón de todos tus pecados… no
solo te convertiste en una nueva creación en tu interior… naciste de nuevo en el reino de Dios.
¡Su reino es un lugar maravilloso!
Su reino es el lugar donde Dios tiene dominio y Su perfecta voluntad es manifestada. Es donde reina Su justicia, abunda la paz y desborda el gozo en el Espíritu Santo (Romanos 14:17). Está lleno de BENDICIONES divinas, como la sanidad y la prosperidad.
Sin embargo, esas BENDICIONES no comienzan a caer sobre ti como las manzanas maduras de un árbol en el momento en que naces en el reino de Dios. Para que se manifiesten en tu vida, debes presionar y aferrarte a ellas. Debes creer la Palabra de Dios, llenar tu corazón y tu boca con ella, y ponerla en acción.
Hacer eso implicará luchar a través de cierta oposición. A veces, incluso requerirá que seas tan feroz y decidido como la mujer con el flujo de la sangre en Marcos 5. Probablemente recuerdes su historia.
Ella pasó 12 largos años sufriendo de una enfermedad debilitante. Enferma, débil y moribunda, la ley judía le prohibía incluso estar en la calle. Pero cuando oyó hablar del evangelio del reino que Jesús estaba predicando, y de todos los enfermos en sus reuniones que sanaron, la fe se elevó en su corazón.
«Y es que decía: «Si alcanzo a tocar aunque sea su manto, me sanaré.» (Marcos 5:28, Nueva Traducción Viviente). Y, levantándose de la cama, se dirigió a buscar a Jesús.
¡Eso es luchar a través de la oposición!
Esta mujer no solo tuvo que luchar en contra de sus síntomas y desafiar la ley religiosa para llegar a la reunión de sanidad, sino que, una vez que llegó allí, encontró a Jesús rodeado por una gran multitud de personas. ¡Parecía imposible acercarse a Él! Aun así, ella no se dio por vencida. Se abrió paso entre la multitud, tocó el borde del manto de Jesús y, al instante, dice la Biblia, fue sanada.
Jesús dijo en Mateo 11:12: «Se busca una participación en el reino celestial con un celo más ardiente y el mayor esfuerzo» (Biblia Amplificada, Edición Clásica) «y los violentos lo arrebatan.» (Reina Valera Contemporánea). Esa es una buena descripción de cómo esta mujer buscó su sanidad. Ella la persiguió con intensidad. Ella hizo un gran esfuerzo y superó mucha oposición. Pero valió la pena la lucha por los resultados que obtuvo.
¡Siempre vale la pena! Cuando luchas y recibes LAS BENDICIONES del reino de Dios, incluso si tienes que atravesar algunos obstáculos y resistir la presión, al final siempre estarás contento de haberlo hecho. Los resultados siempre valen cualquiera haya sido la lucha.
“Pero Gloria”, podrías decir, “no veo por qué ese tipo de presión o lucha debería ser necesaria para mí como creyente del Nuevo Testamento. Soy un ciudadano del reino de Dios. ¿Por qué debería luchar para obtener Sus BENDICIONES? ¿Por qué simplemente Él no me las da?”
¡Él te las ha dado!
Él te ha BENDECIDO con «toda bendición espiritual en los lugares celestiales» (Efesios 1:3). Él ha provisto para ti cada BENDICIÓN en la Biblia y todas ellas te están esperando ahora mismo en el ámbito spiritual.
Sólo tienes que acercarte y tomarlas.
¿Cómo lo haces? Por medio de la fe.
Como Hebreos 11:1 dice: «Ahora bien, tener fe es estar seguro de lo que se espera
» La fe es lo que materializa físicamente la Palabra de Dios en este ámbito natural. Es lo que hace que LAS BENDICIONES almacenadas en el cielo se manifiesten en la Tierra para que puedas tocarlas, verlas, sentirlas, vestirlas, conducirlas y disfrutarlas.
Simple…pero no fácil
Adquirir fe es relativamente simple. La misma proviene “del oír, y el oír proviene de la palabra de Dios.» (Romanos 10:17). Pero caminar por medio de ella no es fácil. Siempre implica una lucha porque es contraria a la manera de hacer las cosas en el mundo natural.
El mundo te entrena para ser negativo. Te enseña a pensar y hablar la duda y la incredulidad. Para caminar por fe, debes presionar para superar ese entrenamiento negativo. Tienes que romper muchos viejos hábitos. Debes resistir la atracción del mundo de ir en caída, creer lo que Dios dice y hacer las cosas a Su manera.
También tienes que resistir al diablo, quien está aquí en esta Tierra y tiene una misión de robar, matar y destruir. Entonces, tan pronto decidas caminar en fe, él siempre aparece para arrojar obstáculos en tu camino y te dice que la Palabra de Dios no funcionará en tu vida. Cuando lo haga, debes tomar autoridad sobre él en el Nombre de Jesús. Tienes que reprenderlo y rechazar las dudas e imaginaciones impías que intenta plantar en tu mente.
Primera de Timoteo 6:12 se refiere a esta resistencia contra la carne, el mundo y el diablo como pelear «la buena batalla de la fe». Dice que así es como nos “aferramos” al abundante tipo de vida del reino de Dios. Lamentablemente, muchos cristianos amorosos, dulces y preciosos no quieren participar en esta lucha.
Quieren que Dios haga todo por ellos. Quieren que Él los sane mientras se acuestan en la cama, hablando de lo enfermos que están. Quieren que Él los prospere y que el diablo se aparte de ellos, mientras se la pasan sentados viendo telenovelas. Pero así no es cómo funciona el reino de Dios. Funciona de la manera en que Jesús dijo: “Antes que cualquier cosa busca (apunta y esfuérzate), a Su reino y Su justicia (Su manera de hacer las cosas y de hacer lo correcto), y después todas estas cosas también te serán dadas” (Mateo 6:33, AMPC).
¡Así es cómo caminas en las BENDICIONES de Dios! Lo buscas en Su Palabra. Descubres Sus maneras de hacer las cosas y estar en lo correcto y lo pones en acción. Mientras crees, declaras y haces lo que Él dice, el reino de Dios dentro de ti comienza a salir y cambia los elementos a tu alrededor. Su dominio se libera a través tuyo y Sus BENDICIONES comienzan a aparecer en tu cuerpo, tu familia, tu cuenta bancaria y tus circunstancias.
No estoy diciendo que todo cambia de una vez. Pero si buscas a Dios y continúas presionando, en poco tiempo comenzarás a ver una diferencia en tu vida. Independientemente de dónde te encuentres o lo que esté sucediendo a tu alrededor, tus condiciones comenzarán a mejorar.
Ken y yo lo hemos visto suceder incluso en las vidas de las personas que están en prisión. Recuerdo acerca de un hombre del que escuchamos, quien fue encerrado en una unidad de máxima seguridad cuando nació de nuevo y comenzó a aprender sobre la fe. Él era un motociclista viejo que vivía al margen de la ley, y sus caminos estaban lo más lejos posible de los caminos de Dios. Pero vio en la Biblia que Dios supliría sus necesidades, por lo que le creyó a Dios por algo de dinero. Efectivamente, después de unos días, su madre (de la que no había tenido noticias en cinco años) le envió una carta con una suma de dinero.
Lo siguiente por lo que creyó fue salir de la máxima seguridad. Eso requirió una pelea de fe más grande. Debido a su formación, no sentía que fuera digno de salir de ese lugar. Sintió que no era más que una basura. Pero él se aferró a la Palabra de Dios y luchó en contra de esos pensamientos negativos. Se mantuvo firme en la fe y, poco después, fue transferido de la unidad de máxima seguridad a una situación mucho mejor.
Ken y yo tenemos un testimonio similar. No estábamos literalmente tras las rejas cuando escuchamos por primera vez la Palabra de Fe, pero estábamos en otro tipo de prisión. Estábamos encerrados en una prisión financiera de deudas y de escasez. Nuestras formas de lidiar con el dinero eran tan diferentes a las de Dios en ese momento, que tuvimos que renovar nuestras mentes para lograr vivir y entender Su sistema. Tuvimos que desconectarnos de las viejas maneras de hacer las cosas en las que habíamos dependido, y para eso tuvimos que aguantar la presión y luchar.
Por ejemplo, cuando descubrimos en Romanos 13:8 que Dios dijo: «No tengan deudas con nadie», ¡fue una conmoción total! Habíamos vivido toda nuestra vida de casados con dinero prestado. No creíamos que pudieras hacer nada de otra manera (y como resultado, debíamos más dinero del que podíamos pagar). Pero nos quedamos en la Palabra hasta que llegamos a un acuerdo con Dios, hicimos lo que Él dijo, y en 11 meses estábamos libres de deudas.
Otra área en la que tuvimos que presionar fue en la del diezmo. Inicialmente, no estábamos muy entusiasmados con la idea. Diezmábamos durante un mes o dos, y luego nos deteníamos porque pensábamos que necesitábamos el dinero de Dios más que Él.
Sin embargo, a medida que volvíamos a lo que la Biblia dice al respecto, nos volvíamos más fuertes en nuestro interior y nos comprometimos a hacer del diezmo nuestra primera prioridad financiera. Nos mantuvimos con ese compromiso… y hemos estado aumentando financieramente desde entonces.
Esta es una de las razones por las cuales, si quieres caminar en el reino de Dios, debes seguir presionando y manteniéndote en Su Palabra. La Palabra te da la fuerza y la fe para hacer lo correcto. Te da la fortaleza espiritual para desconectarte del sistema del mundo y caminar de acuerdo con Dios.
¡Su sistema funcionará! Funcionará para cualquier persona, en cualquier lugar, en cualquier momento. No importa si estás tan arruinado que no puedes prestar atención. No importa si estás tan enfermo que los doctores ya te han abandonado. No importa cuán imposible pueda parecer tu situación. La Escritura dice: «Porque para Dios todo es posible.» (Marcos 10:27), y «Para quien cree, todo es posible.» (Marcos 9:23, Reina Valera Contemporánea).
¡La fe en Dios puede cambiar cualquier situación! Pero caminar por fe requiere de una lucha, no porque Dios nos presione, sino porque para caminar con Él debemos presionarnos a nosotros mismos para caminar en Sus caminos.
No existe un viaje gratuito
Si no presionas en las cosas de Dios, nunca cambiarás tu forma de hablar; nunca sacarás la incredulidad de tu boca ni la reemplazarás con palabras de fe. Si no presionas, nunca te levantarás temprano en la mañana para orar. Si no presionas, dejarás que los asuntos naturales de la vida se hagan cargo de tu agenda y no te tomarás el tiempo necesario para leer, estudiar, escuchar y meditar sobre lo que Dios te está diciendo en la Biblia o en tu espíritu.
¡La Biblia está llena de los caminos del Reino! Está llena de todo aquello que funciona. El Libro en su totalidad es Dios diciéndonos acerca de Sus caminos más elevados para que podamos vivir en ellos ahora mismo mientras estamos en la Tierra. Es Él quien nos enseña cómo operar como Él lo hace, para que podamos seguir aprendiendo y creciendo, aumentado y ascendiendo a nuevos niveles en Él.
Dios no quiere que pasemos tiempo en Su Palabra solo para que podamos marcar una casilla religiosa. Él quiere compartir Sus pensamientos con nosotros porque quiere BENDECIRNOS. «Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni son sus caminos mis caminos. Así como los cielos son más altos que la tierra, también mis caminos y mis pensamientos son más altos que los caminos y pensamientos de ustedes.” (Isaías 55:8-9).
Esto es lo que Jesús predicó cuando estuvo en la Tierra. Cuando dijo: «El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado. ¡Arrepiéntanse, y crean en el evangelio!» (Marcos 1:15), nos llamaba a una nueva forma de vida. Él estaba diciendo: “Estoy aquí y estoy ungido para conectarte con LAS BENDICIONES del reino de Dios. Entonces, abandona tus viejas maneras mundanas, cree y Sígueme. Deje de hacer las cosas de la manera baja del mundo y camina en la vida superior de Dios”.
“Pero Gloria”, podrías decir, “ya hice esas cosas. Me arrepentí y creí en Jesús cuando nací de nuevo”.
Sí, pero tu nuevo nacimiento fue sólo el comienzo. Fuiste transferido al reino de Dios, pero al igual que cuando naciste físicamente, comienzas como un bebé espiritual. Si quieres crecer, tienes que seguir alimentándote de la verdad de la Palabra y aprender a caminar en ella.
El crecimiento espiritual no ocurre automáticamente. No maduras y creces en Dios con el paso del tiempo. Hay muchos creyentes de 50 años que aún son bebés espirituales. A veces eso se debe a que no han escuchado ninguna verdad. En otros casos, es porque lo escucharon y lo escupieron. Dijeron cosas como: “Sí, he leído en la Biblia sobre el diezmo, pero no creo que pueda hacer eso. No puedo hacerlo”.
No puedes caminar en LAS BENDICIONES del reino de Dios con ese tipo de actitud. No puede simplemente sentarte con incredulidad, hacer las cosas a tu manera, y esperar un viaje gratis y fácil.
Ken y yo hemos estado viviendo la vida de fe por más de medio siglo y podemos decirte: No existen los viajes gratuitos y fáciles mientras estés aquí en la tierra. Tienes que seguir presionando si deseas aumentar y prosperar en Dios. Debes decidir que, sin importar cuál sea la manera en la que Dios dice que las cosas deban ser hechas, así es como las harás; creerás y actuarás en lo que sea que Él diga.
¡Esa es la forma en que operas en el dominio del Reino! Esa es la forma en que vives libre. Continuamente presionas en el estilo de vida de Dios. Presionas a través de la influencia negativa del mundo, el quejido de tu carne y las mentiras del diablo, y caminas por fe en la Palabra de Dios. Lucharás a través de todo lo que se levanta contra ti, al igual que la mujer con el flujo de sangre se abrió camino hasta Jesús, ¡y te aferras a lo que te pertenece como ciudadano del reino de Dios!
Primera de Timoteo 6:11-12 dice: «Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia y la mansedumbre. Presenta la buena batalla de la fe, aférrate a la vida eterna, a la cual también fuiste llamado cuando hiciste la buena profesión delante de muchos testigos.» ¡La buena batalla de la fe es una lucha que ganas! ¡Es la victoria que vence al mundo!