Toma tu sanidad por fe
En el mes de noviembre, me resfrié. Aunque tomé medicamentos, la tos se tornó en algo muy doloroso, y luego se convirtió en una neumonía. Mi fe empezó a debilitarse, y comencé a temer. Luego, en la casa de mi madre encontré una antigua copia de su revista —creo que era del 2006—. En ésta había una gran fotografía de Gloria y el siguiente encabezado: “Recibe tu sanidad por fe”. El artículo no era muy largo; no obstante, era simple y claro. Debía aprender a confiar en Dios al 100%. Cuando terminé de leer el artículo, oré y tomé una decisión que nunca me arrepentiré de haber tomado. Y declaré: “¡Yo creo en Tu Palabra! Señor, yo creo que soy sano por Tu Palabra. Y tú Satanás, toma tu enfermedad y vete de mi casa. ¡Mi familia está sana! ¡Mi Papi ya lo dijo! ¡No hay lugar para ti en mi casa!”. Desde ese día, mi familia no se ha vuelto a enfermar. He aprendido a no darle lugar a la enfermedad en mi familia. Tenemos una medicina, cuando alguien de la familia presenta síntomas de gripe. Decimos: “¡Estoy sano en el nombre de Jesús!”.
T.T. | Ucrania
Mis oraciones fueron confirmadas
El Señor usó la oración de inicio de la Campaña de victoria en Branson, para prometerme que mis hijos y mi esposo vivirían conforme a la plenitud de la revelación del amor de Dios.
Había estado orando y confesando eso sobre sus vidas; y también que el favor de Dios iba delante de ellos durante un tiempo. Y cuando al inicio de la reunión, Kenneth declaró: «Esto es para las madres que han estado orando…», yo tomé esa palabra para mi familia, y seguiré firme en ésta, hasta que vea la plenitud de la misma en sus vidas. Me emocioné tanto, que le ordené a los ángeles: “¡Vayan y hagan lo que el Señor les ha instruído!”. Usualmente me pierdo esa parte de la reunión; pues veo la campaña a través de la Internet y con frecuencia la señal es interrumpida, pero no sucedió así esa noche. Dios es tan bueno y El hizo todo esto por mí. Sé que ustedes escuchan este tipo de testimonios de muchas madres, sin embargo, sabía que debía escribirles el mío.
Michelle S. | Double Oak, Texas
Buenos resultados con Oración y la Palabra
En el devocional: Crezcamos De fe en fe del 15 de marzo, Kenneth Copeland habla acerca del problema de sobrepeso que tenía y de cómo él oró para perder ese peso. Yo tenía un problema perdiendo peso y manteniéndolo, Y había llegado a pesar 220 libras. Pensé: si Dios ayudó a Kenneth Copeland también podía ayudarme a mí. Así que hice la misma oración, y en menos de dos años he perdido 46 libras; y sigo perdiendo casi una libra semanal. Por mi estatura, nunca se me notó el sobrepeso; sin embargo, jamás me sentí cómodo con esas libras de más. Hoy, estoy en mi peso ideal equivalente a mi estatura de 1.80 metros —tenía años de no pesar eso—. Porque estoy en mis 60 años, algunas personas me habían dicho que sería más duro perder peso ahora que cuando era más joven. Pero con la ayuda de Dios, es fácil lograrlo. Ahora tengo una dieta balanceada, he disminuido el consumo de azúcar y sal en mi alimentación, y también hago ejercicio. Tengo más energía ahora que la que he había tenido años atrás y puedo hacer más cosas. ¡Gracias Señor Jesús!
También había tenido alergias a algunas comidas, la principal era el pan/trigo. Sólo podía consumir el pan de trigo orgánico, y no el que venden normalmente en las tiendas. Al transcurrir los meses, me aferré a la promesa que se encuentra en Éxodo 23:25: “Pero me servirán a mí, el Señor su Dios, y yo bendeciré tu pan y tus aguas, y quitaré de en medio de ti toda enfermedad”.
El pasado mes de septiembre, Jesús me pidió que creyera en Él y que comiera el pan de trigo, así que di un paso de fe; y ahora puedo comer pan normal y algunos otros productos derivados del trigo. ¡Alabado sea Dios!
L.G. | Reino Unido
¡Mi corazón está sano!
Gracias a la oración de uno de sus ministros. El resultado de los exámenes reveló que mi corazón está completamente sano. ¡Gracias Jesús!
L.C. | Sudáfrica.