Cuando Kenneth y yo estábamos aprendiendo a caminar por fe, para alcanzar prosperidad hace más de 45 años, no sabíamos mucho sobre la Palabra de Dios. Nosotros, recibimos nuestra revelación paso a paso. Cada vez que aprendíamos algo nuevo, lo poníamos en práctica.
En realidad, ahora es mucho más fácil para nosotros caminar en prosperidad que en esa época. Hoy, tenemos que creer por millones de dólares, sólo para pagar las cuentas de nuestras transmisiones de televisión. Pero esto ni de cerca es tan desafiante como lo era en aquel entonces: creer que Dios pondría alimentos sobre nuestra mesa. En esos días, frecuentemente tenía que orar en el espíritu sólo para pagar en el supermercado. Y esos fueron los momentos más difíciles, porque estábamos aprendiendo.
Tú tienes que crecer en estas cosas. Si sólo hasta ahora estás escuchando que Dios quiere que prosperes, probablemente no estarás capacitado para obtener un millón de dólares la próxima semana.
¿Por qué? Porque tu fe todavía no se encuentra a ese nivel. Lo que necesitas hacer, es comenzar en donde estás ahora mismo. Empieza creyéndole a Dios por el pago de la renta. Empieza creyéndole a Dios por dinero para comprar alimentos. Comienza a creer, y luego ve aumentando.
Eso fue lo que nosotros hicimos. Nosotros sólo continuamos creciendo; nos manteníamos escuchando a Dios y caminando en el nivel de fe que teníamos, y ésta fue creciendo. También nos manteníamos diezmando y ofrendando.
Lo importante es comenzar ahora; no esperes hasta el próximo mes. Si quieres un cambio, entonces haz un cambio. Comienza creyéndole a Dios por las cosas que necesitas hoy, y empieza a agradecerle por ellas. Dile al diablo que ya no estás bajo la maldición. Aférrate a la Palabra y no la dejes ir.
Si tú lo haces y permaneces en la Palabra, y continúas haciendo lo que Dios te dice, eventualmente tendrás una prosperidad sobreabundante. Entonces, no sólamente pagarás tus cuentas, sino también poseerás la capacidad de dar en toda buena obra.
Declara la Palabra
“Y Dios es poderoso como para que abunde en ustedes toda gracia, para que siempre y en toda circunstancia tengan todo lo necesario, y abunde en ustedes toda buena obra”
(2 Corintios 9:8)