La próxima vez que te sientas tentado a desanimarte por culpa de algún problema que estés enfrentando y comiences a preguntarte si realmente eres lo suficientemente valiente para vencerlo, te sugiero que recuerdes que: como creyente nacido de nuevo eres: «el templo de Dios, y que el Espíritu de Dios habita en ti»
(1 Corintios 3:16).
Medítalo por unos instantes.
¡El Espíritu del Dios todo poderoso vive en tu interior!
El Dios que te movió cuando recibiste a Jesús como tu Señor, el Dios que te llenó con Su poder y te bautizó en el Espíritu Santo, es el mismo Dios que llevó a cabo todas las obras y milagros en la Biblia. Es el mismo Dios que liberó a los israelitas de la esclavitud e hizo llover fuego y granizo sobre sus enemigos. Él es aquel que sumergió la tierra de Egipto en tanta oscuridad, que nadie atrevió a moverse durante tres días. Él es el Dios que secó el mar rojo para que los hijos de Israel ni siquiera se embarraran los pies mientras lo atravesaban y después, ahogó al ejercito de Faraón, que venía persiguiéndolos.
¡Éste mismo Dios todo poderoso y maravilloso te ha hecho un templo rodante! Y todos los días te dice: “Acércate, relaciónate conmigo, pasa tiempo en oración, háblame y recibe de Mi parte para que pueda ayudarte. Quiero fortalecerte y darte sabiduría divina acerca del problema que estás enfrentando. Quiero aplicar mi poder sobrenatural para que desaparezca y ya no sea parte de tu vida”.
¡A eso llamo yo estar equipado para ser más que vencedor! Todo lo que necesitas hacer es pasar tiempo con Dios, todos los días, obedecerlo y tu victoria estará garantizada.
“Pero, ahora estoy muy ocupado”, podrías decir. “No veo cómo puedo agregar en mi horario tiempo para pasar con Dios. Mis días están totalmente cargados”.
Es posible que así sea. Pero déjame preguntarte lo siguiente: ¿Si Jesús viniera físicamente a tu casa y te ofreciera hablar contigo, crees que encontrarías tiempo para hablar con Él?
¡Seguro que sí!
Si te levantaras una mañana y lo encontraras sentado en la mesa de tu cocina, no pasarías corriendo, ignorándolo. Tampoco te despedirías de Él a la carrera, mientras caminas hacia la puerta, diciendo: “Jesús, me gustaría poder quedarme contigo un rato, pero tengo que irme a la oficina. Hablaremos más tarde”.
Si llegaras del trabajo esta misma noche y descubrieras que Jesús te está esperando, no importaría lo que tengas que hacer; no lo ignorarías. No le dirías: “Señor, aprecio que vinieras a visitarme, pero he tenido un día muy difícil; estoy demasiado cansado para hablar contigo esta noche. Me recostaré en el sofá un rato a mirar TV”.
¡No! Si Jesús estuviera sentando físicamente en tu sala, si literalmente lo pudieras ver con tus ojos, ¿sabes lo que harías? Caerías de rodillas frente a Él. Te olvidarías del trabajo, la televisión, el día y sus complicaciones, y lo alabarías. Disfrutarías de un rato refrescante en Su presencia y pondrías atención a lo que quisiera decirte.
Esa es la oportunidad que tienes como creyente. A pesar de que Jesús no está todos los días visiblemente sentado en la mesa de tu cocina, el Espíritu Santo está contigo las 24 horas del día, los siete días de la semana. Él está listo y esperando para comunicarse contigo en cualquier momento del día, o de la noche, y tiene cosas que quiere mostrarte. Cosas por las que te has estado desgastando, pensando y tratando de entender o resolver. Cosas que te permitirán vivir como el vencedor que Dios te ha creado para que seas.
Como orar la oración perfecta
“Pero Gloria, algunas veces me siento tan cargado por las situaciones que enfrento, que no sé cómo orar al respecto. Algunas veces quiero tener comunión con Dios; sin embargo, no sé qué decir”. Entonces aprovecha la habilidad que Dios te dio cuando te llenó con Su Espíritu Santo para orar en otras lenguas. ¡Esa habilidad es una bendición tremenda! Como Romanos 8:26-27 dice, cuando oramos en lenguas: «el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues no sabemos qué nos conviene pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Pero el que examina los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios».
La palabra debilidad en este capítulo, se refiere a las incapacidades de nuestra carne. Habla del hecho de que a pesar que como creyentes somos espiritualmente ilimitados, todavía vivimos en un cuerpo natural, el cual tiene muchas limitaciones. Una de esas limitaciones es que no siempre sabemos la voluntad de Dios en cada situación, no más de la que Su Palabra escrita nos dice—la cual, por supuesto, es de vital importancia.
Sin embargo, el Espíritu Santo ¡lo sabe todo! Él no solamente entiende lo que necesitamos. Él conoce nuestro corazón y el corazón de Dios. Si le damos lugar y oramos en otras lenguas, Él se mantendrá a nuestro lado, en contra de las debilidades de nuestra carne y nos ayudará con las circunstancias que estemos enfrentando. Él orará a través de nosotros la voluntad perfecta de Dios y nos pondrá en ese lugar en el que, como Romanos 8:28 lo dice: «Estamos seguros y sabemos [que siendo Dios colaborador en la tarea] todas las cosas obran y son [a la medida para el plan] buenas para aquellos que aman a Dios y están llamados de acuerdo a Su diseño y propósito» (Edición Clásica de la Biblia Amplificada).
Esta escritura frecuentemente es quitada de contexto. La gente tiende a citarla como si Dios prometiera que todo funcionará automáticamente para nuestro bien. Sin embargo, no es eso lo que la Biblia dice. Esta también nos habla de una condición que garantiza la promesa. Dice que cuando le das la oportunidad al Espíritu Santo de orar la voluntad de Dios en tu vida, y en la vida de tus seres queridos—entonces ¡todas las cosas, obran para bien!
Esto es absolutamente cierto. Dios tiene cosas para ti y para mí que son mucho mejores que las cosas que alguna vez podríamos lograr con nuestro propio intelecto. Él puede hacer por nosotros, por [la acción de Su poder] que obra en nosotros
sobreabundantemente, mucho más allá de todo lo nosotros [nos atrevemos] a pedir o pensar [infinitamente más allá de nuestras oraciones más altas, deseos, pensamientos, esperanzas o sueños] (Efesios 3:20, AMPC).
Pero para que caminemos en todo lo que Él tiene planeado, tenemos que hacer nuestra parte. Debemos liberar el poder del Espíritu Santo que obra en nosotros y una de las maneras más efectivas de hacerlos es pasando tiempo orando en otras lenguas, que es orar en el Espíritu.
Haciendo avanzar el plan de Dios
No es de extrañar por qué en el transcurso de la historia de la iglesia, orar en lenguas ha tenido tal nivel de persecución y difamación. ¡El diablo las odia! Él quiere que no lo hagamos, porque se da cuenta que cuando oramos en otras lenguas, oramos más allá de lo que sabemos. Como resultado, podemos hacer avanzar el plan de Dios en la Tierra de una manera más poderosa. Podemos sobrepasar nuestras limitaciones naturales y orar sobrenaturalmente, no solamente por nosotros sino por los demás. Podemos darle a Dios la oportunidad de usar nuestra boca y nuestra autoridad para hacer que sucedan los misterios que nuestra mente natural simplemente no puede entender.
Por ejemplo: el misterio de lo que le sucederá a la iglesia antes de que seamos arrebatados. La Biblia dice que creceremos hasta la estatura de Cristo. Nos levantaremos como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga.
¿Cómo sucederá eso exactamente? ¿Cómo vamos a hacerlo en nuestro día a día?
No lo sabemos. ¡Es un misterio!
Aun así, al orar en otras lenguas, podemos orar todos los detalles de ese plan. Podemos entrar a un ámbito del Espíritu y no solamente orar el gran plan de Dios para la iglesia, sino también nuestra parte individual en ese plan. Podemos edificarnos espiritualmente y entrar en el descanso de Dios, para que por medio de Su poder, podamos hacer todo lo que nos ha llamado a hacer.
¿Será que orar en lenguas puede hacer tanta diferencia?, te puedes preguntar.
¡Absolutamente! La Biblia lo confirma una y otra vez en escrituras como estas:
«Pues el que habla en lenguas extrañas le habla a Dios, pero no a los hombres; y nadie le entiende porque, en el Espíritu, habla de manera misteriosa» (1 Corintios 14:2).
Más bien hablamos de la sabiduría oculta y misteriosa de Dios, que desde hace mucho tiempo Dios había predestinado para nuestra gloria… Como está escrito:
«Las cosas que ningún ojo vio, ni ningún oído escuchó, Ni han penetrado en el corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman.» Pero Dios nos las reveló a nosotros por medio del Espíritu, porque el Espíritu lo examina todo, aun las profundidades de Dios… Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que entendamos lo que Dios nos ha dado, de lo cual también hablamos, pero no con palabras aprendidas de la sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, que explican las cosas espirituales con términos espirituales»
(1 Corintios 2:7, 9-10, 12-13).
«Pero, ustedes, amados, edifíquense [cimentándose] en su más santa fe [hagan progreso, crezcan como un edificio cada vez más alto], orando en el Espíritu Santo» (Judas 1:20, AMPC).
«Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo, a los cuales él dijo: Este es el reposo; dad reposo al cansado; y este es el refrigerio; mas no quisieron oír.» (Isaías 28:10-12, RVR1960)
Nota que de acuerdo con el último versículo, orar en otras lenguas te llevará a un lugar de descanso espiritual y refrigerio. Eso es exactamente lo que necesitas cuando estás tentado a sentirte desanimado y abrumado por los retos de la vida. Necesitas dejar el estrés y empezar a entrar en “los ríos de agua viva” de tu ser interior, orando en el Espíritu Santo (Juan 7:28).
Siempre tendrás una respuesta
Mientras más ores y permitas que esos ríos fluyan, más el Espíritu Santo podrá enseñarte y guiarte, y más seguirás Sus consejos, no sólo en los asuntos de vida y muerte, sino también en las cosas simples de la vida. Te descubrirás pensando en los ajustes que necesitas hacer en un área u otra. Tan solo te llegará: necesito hacer un cambio aquí. Veo que hay una mejor manera de hacer esto.
¿Qué está sucediendo en ese momento? El Espíritu Santo te está guiando por el camino que debes ir. Te está ayudando a tomar las decisiones correctas y diciéndote cómo recibir la bendición de Dios en esa área.
Podrías decir: “Bueno, si Dios me dijera que hiciera algo, lo haría”.
Es posible que sea verdad. Sin embargo, siempre recuerda: Él no siempre te hablará con relámpagos y una zarza ardiente. Generalmente Él no se comunicará con una voz que podrás escuchar con tus oídos físicos.
La mayoría de las veces Dios se comunica directamente a tu espíritu. Tu espíritu es Su templo. Es allí donde vive, en tu interior. Así que, al orar diariamente en el espíritu, puedes permanecer en sintonía con el ámbito y posicionarte para escuchar lo que está diciéndote.
Si le das la oportunidad, el Espíritu Santo aun te alistará para cualquier problema que está por venir, al ayudarte a orar por anticipado. Como Proverbios 16:1 dice: «Del corazón del hombre surgen los planes, pero del Señor proviene la respuesta de la lengua».
Jamás olvides que Dios sabe exactamente cómo librar a Sus hijos de cualquier clase de problema y ponerlos en Su voluntad perfecta. Y ni una sola vez en toda la historia de la humanidad Él se preocupó acerca de si podría hacer que Su plan se llevara a cabo.
Hace miles de años, cuando liberó a los israelitas de la esclavitud de Egipto, ni la nación más grande de la Tierra en ese entonces pudo detenerlo. Él liberó tal nivel de Su poder a favor de Su pueblo, que aun el Faraón en todo su esplendor y gloria tuvo que morder el polvo.
Ahora el mismo poder y el mismo Dios están obrando en ti. Si solamente obedeces Su Palabra y pasas tiempo todos los días orando en el Espíritu Santo, el diablo no podrá tener ninguna oportunidad en tu contra; terminará mordiendo el polvo en tu vida, mientras tú como los israelitas te mantendrás marchando hacia el plan glorioso que Dios tiene para ti.
Ame este artículo, Dios bendiga este ministerio siempre. Y a ORAR🙂