Todo hombre ha sido llamado a ser padre.
Esa es toda una declaración que el SEÑOR me entregó ya hace varios años.
Podrías estar preguntándote: “¿todo hombre como padre?”
¡Absolutamente!
El SEÑOR no estaba implicando que todos los hombres necesitaban tener hijos biológicos. Más bien, Él estaba diciendo que todos los hombres cristianos, especialmente los ministros del evangelio, son llamados por Dios a ser padres espirituales en la fe.
En este momento, hay personas en tu vida que están desesperadas por una figura paternal. Ellos están buscando por hombres piadosos que sean de ejemplos piadosos.
Había pastoreado durante casi 14 años antes de que la idea de la paternidad espiritual hacia los demás se convirtiera en una realidad en mi vida. Estaba preparando el mensaje del “Día del Padre” en junio de 2006, cuando se produjo un “gran despertar” en mi corazón. El SEÑOR me reveló que había personas en mi congregación que me buscaban como un padre “espiritual”. Me había convertido en un “papá” en la fe para ellos. Me veían como padre tanto como mi hijo Jeremy y mi hija Aubrey me consideran su padre.
El hermano Kenneth E. Hagin ha predicado que el pastor es el “padre” de la iglesia. A lo largo de los años, muchas personas se han referido a él como “papá” Hagin. Hay muchas personas hoy en día que ven al hermano Kenneth Copeland como su “padre” espiritual, su padre en la fe. Y durante este último año, también he experimentado la transición a la paternidad espiritual. He recibido tarjetas y notas que enfatizan el hecho de que las personas de nuestra congregación me consideran como su padre espiritual; las personas que me buscaban por consejería, dirección, amor, aceptación e integridad, todo lo que nuestros hijos naturales esperan de sus padres. Decían cosas como:
“Gracias por todo lo que ha hecho por mí. ¡Ahora tengo un padre en mi vida, gracias a Usted!”
“Me recuerda a mi difunto padre. Ustedes dos son iguales, sensibles, tiernos y reflexivos.”
“Gracias por mostrarme no solo el amor de Dios, sino también el amor de un padre.”
“Incluso sin quererlo, Usted se ha convertido en un padre para mí.”
Padres espirituales
No comparto estos comentarios para auto-adularme. ¡Dios no lo permita! Los comparto para ayudar a todos los hombres a darse cuenta de que las personas nos buscan como el ejemplo de nuestro Padre celestial. Todavía me sorprende que la gente me vea de esa manera. Pero, también estoy aprendiendo a participar en ese papel por medio de la fe, y a ser el padre al que estoy llamado a ser.
La necesidad de padres espirituales es muy grande.
En España se cuenta la historia de un padre y su hijo adolescente cuya relación se había vuelto tensa. El hijo decidió huir de casa. Con el corazón roto, el padre comenzó un viaje en busca de su hijo rebelde.
La búsqueda lo llevó a Madrid. El padre colocó un anuncio en el periódico como un último esfuerzo para localizar al joven.
El anuncio decía: “Querido Paco, reúnete conmigo frente a la oficina del periódico al mediodía. Todo está perdonado. Te quiero. Tu padre.”
Al día siguiente, al mediodía, 800 “Pacos” se dieron cita. Todos vinieron en busca de amor, perdón y aceptación de sus padres.
Nunca subestimes el poder de la paternidad. Nunca subestimes la necesidad de los padres. Nuestros hijos están clamando por ellos; los adultos viven sus vidas hambrientos de amor, aprobación y aceptación de parte del padre. La necesidad de padres verdaderos es real, y es asombrosa.
Mi esposa Terri y yo hemos viajado por todo el mundo en nombre de los Ministerios Kenneth Copeland y la Iglesia Internacional Eagle Mountain. Dondequiera que vayamos, siempre les hacemos a los pastores la misma pregunta: “¿Cuál es la mayor necesidad que tienen en este país?” ¿Su respuesta? “¡Necesitamos padres espirituales!”
Desafortunadamente, muchos hombres nunca se dan cuenta de lo importante que es este poderoso llamado a la paternidad espiritual.
El apóstol Pablo lo expresó de mejor manera en 1 Corintios 4: l4-16, Nueva Traducción Viviente: «No les escribo estas cosas para avergonzarlos, sino para advertirles Pues, aunque tuvieran diez mil maestros que les enseñaran acerca de Cristo, tienen solo un padre espiritual. Pues me convertí en su padre en Cristo Jesús cuando les prediqué la Buena Noticia. Así que les ruego que me imiten.»
El amor del Padre
Desde aquel día en que recibí una revelación de la importancia de la paternidad espiritual, me he visto como un padre para aquellos que El SEÑOR ha colocado en mi vida, criándolos como un padre cuidaría a sus propios hijos.
Deseo verlos crecer y convertirse en todo lo que Dios los ha destinado a ser. Siempre estoy dispuesto a animarlos y nunca temo corregirlos con amor. Quiero lo mejor para sus vidas, como un padre desea lo mejor para sus hijos.
Hay algo tan precioso, tan maravilloso, tan santo acerca de la paternidad.
Yo admiraba a mi padre. Él me proporcionó estabilidad y seguridad. Siempre parecía saber qué decir. Nunca nos faltó nada. Su sabiduría para nosotros y su compasión hacia los demás fue un sello distintivo en su vida. Era un hombre de integridad. Su efecto en mi vida es evidente hasta el día de hoy. Si me has conocido, has conocido a mi padre. ¡Qué influencia poderosa tienen los padres sobre sus hijos e hijas!
¡Todo hombre es llamado a ser padre! Llega un momento en la vida de cada hombre para “tomar su lugar” y cumplir su papel como padre espiritual. La gente que nos rodea está clamando por ello. Los huérfanos espirituales están ahí afuera, esperando que un padre como tú los guíe. Empieza a verte como un padre para aquellos que el SEÑOR pone en tu vida.
A medida que los hombres seguimos buscando al Señor, estudiando Su PALABRA, vivamos vidas santas y seamos de ejemplo; Dios nos capacitará para hacer por los demás lo que Él hace mejor por nosotros como ese Padre celestial amoroso y afectuoso que es.