¡Firme y comprometido!
De todas las cosas que puedo decir acerca de mi papá, Kenneth Copeland, esas dos palabras se destacan, porque esa es la única forma en la que lo he conocido. También puedo decir lo mismo acerca de mi mamá. Siempre han sido constantes en lo que han hecho y en lo que han creído. Nunca han cambiado su firmeza en la Palabra de Dios, y nunca han hecho concesiones. Y eso es lo que más me enorgullece de ellos.
Incluso en algunos de sus momentos más difíciles, algunos de los cuales incluyen soportar mis años como adolescente, siempre se mantuvieron firmes.
Mientras crecía, yo era un espíritu independiente. Entonces, aunque papá y mamá estaban allí para enseñarme y guiarme, siempre tenía que resolver las cosas por mi cuenta. Una de las cosas que descubrí, y me alegro de haberlo hecho, fue que tenían razón.
Es esa historia de que, cuanto más viejo te haces, más inteligentes se vuelven tus padres.
Al reflexionar sobre este mes, y el Día del Padre en particular, no puedo evitar pensar cuánta verdad encierra esa frase, especialmente cuando se trata de mi papá y yo.
Recuerdo esos días mientras crecía, y recuerdo algunos de los errores que cometí y las valiosas lecciones que aprendí de esos errores. También pienso en las cosas que aprendí de mi papá, cosas que me ayudaron a crecer y a madurar. Por ejemplo, él me enseñó acerca de la fe y cómo nunca debería vacilar en mi confianza en Dios y siempre permitir que la Palabra sea mi base. Y él me enseñó sobre el miedo, y cómo nunca permitirlo en mi vida.
¡Qué poderosas lecciones han sido tan solo esas dos cosas! Sin embargo, solo son el comienzo de todo lo que he aprendido de papá a través de los años. Aprendí cosas tanto espirituales como naturales, y todas me han ayudado a mejorar de muchas maneras, incluyendo el ser papá y proveedor. ¡Me han hecho un mejor hombre! Y hoy continúo transfiriendo esas mismas lecciones a mis hijos.
Mi papá nunca me ha demostrado un doble estándar; siempre ha practicado lo que predica. Y eso probablemente me ha impactado más que cualquier otra cosa. Me inspiré sólo al observar cómo vivían él y mamá—nunca dudando en su fe y confianza en Dios, y siempre dejando que la Palabra sea su cimiento.
Si mi papá no hubiera sido así mientras yo atravesaba esos momentos difíciles en mi juventud, y si él realmente no hubiera creído en lo que estaba haciendo como ministro del evangelio, ni hubiera sido firme y comprometido con lo que creía, sinceramente no creo que yo estaría donde estoy hoy.
Estoy agradecido con Dios por mi papá y por todo lo que he aprendido de él. Y ahora me gustaría compartir algunas de esas cosas contigo. Espero que te bendigan y que las compartas con tus hijos:
1. «El hijo sabio atiende a la corrección de su padre, pero el insolente no hace caso a la reprensión» (Proverbios 13:1, Nueva Versión Internacional).
2. Cuando te presten algo, devuélvelo siempre en mejores condiciones de las que lo recibiste.
3. Nunca presiones a las personas. Ellos no son tu fuente de provisión. Cuando tengas una necesidad, dirígete a la Palabra y busca una escritura que hable acerca de esa necesidad. Después mantente firme en esa escritura.
4. No busques venganza. Espera en el Señor y Él te librará.
5. Nunca pidas dinero prestado. No es un pecado, pero no es lo mejor de Dios y hace que te conviertas en un sirviente del prestamista.
6. ¡Diezma siempre! Si no lo haces, parecerá que tiene una bolsa de dinero con agujeros.
7. Da, especialmente cuando estás en problemas financieros.
8. Cuando Dios te diga que hagas algo, obedécelo y hazlo inmediatamente. Él está tratando de conseguirte algo.
9. Nunca tomes decisiones apresuradas cuando la presión está activa. Relájate y entrégale todo a Dios.
10. Siempre pon a los demás por delante de ti.
11. Respeta a los oficiales de policía y al ejército. Cuando los veas, paga por su cena y agradéceles por su servicio.
12. Ora por el presidente y por todos nuestros líderes—en cada nivel o posición.
13. No le prestes atención a lo que las personas dicen de ti, ya sea bueno o malo. No escuches las cosas malas porque podrías empezar a creerlas… ni escuches las cosas buenas, porque podrías empezar a creerlas.
14. Di siempre la verdad. No existe tal cosa como una mentira blanca.
15. Mantén tu palabra, incluso cuando te cause dolor hacerlo.
16. Cree siempre lo mejor de la gente.
17. [Dios] colma de bienes tu vida y te rejuvenece como a las águilas. (Salmo 103:5, NVI). Declara sobre tu vida: “Mi juventud se renueva como la de las águilas”.
18. Es mejor dar un descanso al hombre equivocado que romper al hombre equivocado.
19. Llega siempre a tiempo.
20. Nunca digas: “No puedo pagar por eso.”
21. No permitas nunca que la discordia exista en tu vida — ¡jamás!
22. Nunca tomes una decisión basada únicamente en el dinero. Hazlo en base a lo que dice el Espíritu de Dios.
23. Haz lo que es correcto. Hazlo porque está bien. Y luego, hazlo bien, incluso cuando nadie esté observando.
24. «No escatimes la corrección. No corregir al hijo es no quererlo; amarlo es disciplinarlo.» (Proverbios 13:24, NVI).
25. Ama a las personas, y deja que vivan sus vidas. No debemos juzgar, y no es nuestro lugar corregirlos.
26. ¡John Wayne es prácticamente el mejor actor de todos los tiempos!