Has oído acerca de este tema? Espero que, si eres mamá y conoces a Jesús, hayas confiado en ella todos los días.
¿Seamos realistas. Con demasiada frecuencia puede ser esquiva (aparentemente), o simple y francamente brillar por su ausencia. Algunos días pareciera que no hay forma de hacerlo todo, de contentar a todos, ni de reducir la carga. Esto puede sentirse como un círculo interminable de frustración. Y puede parecer que Dios simplemente no nos está ayudando.
Cada mamá ha tenido esos pensamientos y sentimientos. Sin embargo, ¡te tengo buenas noticias! El problema no está con Dios. Eso es bueno porque quiere decir que, si el cambio necesario está en tus manos, TÚ puedes apoderarte del poder que puede cambiarlo todo de manera abundante y que supera todos los desafíos que enfrentes.
Como a las mamás les gustan las listas, ¡hagamos una lista que realmente nos ayude!
1. Toma cada pensamiento cautivo.
Cuando estás en la frustrante rueda del hámster, lo primero que debes hacer para detenerla es darte cuenta de que NO se detendrá hasta que tomes cautivos tus pensamientos y sentimientos. Segunda de Corintios 10:5-6, versión El Mensaje, dice: “Utilizamos nuestras herramientas poderosas de Dios para romper filosofías deformes, derribando las barreras erigidas contra la verdad de Dios, ajustando cada pensamiento suelto, emoción e impulso a la estructura de una vida conformada por Cristo. Nuestras herramientas están listas para despejar el terreno de toda obstrucción y para edificar vidas de obediencia hasta la madurez.» (MSG).
Cuando PENSAMOS y nos SENTIMOS de manera abrumada, no hay nada que las promesas de Dios puedan hacer por nosotras. Nuestros corazones deben estar preparados para creer Su Palabra de libertad y ayuda. Dios nos dio herramientas cuando nos creó. Él nos dio libre albedrío para que podamos decidir hacia dónde permitimos que vayan nuestros pensamientos. Nos dio una voz para ordenarnos qué pensar.
Un sentimiento es simplemente una conciencia de una emoción. ¡Los sentimientos y emociones que tenemos son volubles y pueden cambiar momento a momento!
Entonces, deja de lado esas emociones. Toma una decisión firme de no dejarte llevar por las mismas.
Estas son algunas verdades sobre nuestras emociones:
Junto con nuestra mente y voluntad, nuestras emociones son parte importante de nuestra alma, la cual recibimos de Dios. Entonces, ¿qué haces con tus sentimientos y emociones cuando te llevan en una dirección que no está de acuerdo con la Palabra de Dios? Se las entregas a Él. Primera de Pedro 5:7 dice: «Descarguen en él todas sus angustias, porque él tiene cuidado de ustedes.» (Reina Valera Contemporánea).
Mira nuevamente 2 Corintios 10:5-6, (MSG): : “Utilizamos nuestras herramientas poderosas de Dios para romper filosofías deformes, derribando las barreras erigidas contra la verdad de Dios, ajustando cada pensamiento suelto, emoción e impulso a la estructura de una vida conformada por Cristo. Nuestras herramientas están listas para despejar el terreno de toda obstrucción y para edificar vidas de obediencia hasta la madurez.»
Al llevar nuestros pensamientos cautivos y someter nuestros sentimientos y emociones a Dios, ¡dirigimos nuestra vida para que encaje en la estructura de una vida conformada por Cristo, Su Palabra y lo que hizo por nosotros en la cruz! ¡Estamos rompiendo los muros erigidos en nuestros corazones y rompiendo los lugares duros y tercos que nos impiden creer Su Verdad! Así es como preparamos nuestros corazones para escuchar y recibir las promesas de Dios.
2. Recibe Su gracia.
«Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no ha sido en vano, pues he trabajado más que todos ellos, aunque no lo he hecho yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.» (1 Corintios 15:10).
¡Esta debería ser una escritura de las “Mamás”! Esta palabra es lo que necesitamos asimilar. No está en nosotras mismas que estamos ungidas para ser las mejores madres del mundo. Es por la gracia de Dios. Depende de nosotras recibir lo que Él nos ha ofrecido, o más precisamente lo que ya nos ha otorgado. De lo contrario, nos lo ha dado en vano sin ningún propósito útil.
Mira la “primera madre”, María (este es un buen título para la madre de nuestro Rey). Lucas 1:28 dice: “Y él se acercó a ella y le dijo: ¡Salve, oh favorecida! [llena de gracia] ¡El Señor está contigo! ¡Bendita (favorecida por Dios) eres ante todas las demás mujeres! (Biblia Amplificada, Edición clásica – AMPC).
¡El Señor la llenó de la gracia que necesitaba antes de que Jesús naciera! Llena significa “investida o dotada” con una cualidad o habilidad. Maria tenía por delante muchas cosas que serían difíciles como madre, ¡pero desde el principio tenía lo que necesitaba para enfrentarlo todo! Ella no era perfecta, pero estaba facultada para ser la madre de nuestro Salvador. Aunque no estamos criando al Salvador, estamos criando hijos e hijas de Dios. Esa misma infusión de habilidades y cualidades es nuestra para que la recibamos también.
Hay todavía más gracia. Lee lo que dice Gálatas 5:22-25 (AMPC):
Pero el fruto del Espíritu [Santo] [la obra que lleva a cabo Su presencia en el interior] es el amor, el gozo (la alegría), la paz, la paciencia (un temperamento uniforme, tolerancia), la bondad, la amabilidad (benevolencia), la fidelidad, la mansedumbre (docilidad, humildad), autocontrol (dominio propio, continencia). Contra tales cosas no hay ley [que pueda presentar un cargo]. Y aquellos que pertenecen a Cristo Jesús (el Mesías) han crucificado la carne (la naturaleza humana impía) con sus pasiones, apetitos y deseos. Si vivimos por el Espíritu [Santo], caminemos también por el Espíritu. [Si por el Espíritu Santo tenemos nuestra vida en Dios, sigamos caminando en línea, nuestra conducta controlada por el Espíritu.]
El fruto del espíritu es la gracia revelada. ¿No son estas las cosas que más necesitan las madres para lidiar con todo lo que viene con ese trabajo? ¡Créelo! ¡Recíbelo! Además, ¡pásaselo a tus hijos! Es el regalo que sigue siendo regalado, tanto cuando sale de ti como cuando sale de tu familia.
Segunda de Pedro 1:3-5 (Nueva Traducción Viviente), nos dice:
Mediante su divino poder, Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para llevar una vida de rectitud. Todo esto lo recibimos al llegar a conocer a aquel que nos llamó por medio de su maravillosa gloria y excelencia; y debido a su gloria y excelencia, nos ha dado grandes y preciosas promesas. Estas promesas hacen posible que ustedes participen de la naturaleza divina y escapen de la corrupción del mundo, causada por los deseos humanos.
En vista de todo esto, esfuércense al máximo por responder a las promesas de Dios.
Aquí vemos que se nos ha dado todo lo que necesitamos para vivir una vida santa, que es la vida que Él diseñó para nosotros. Nuestra parte entonces es llegar a conocerlo y luego hacer todo lo posible para responder a las promesas de Dios. Esa es otra forma de decir que los justos vivirán por fe; cree que recibes; o en las palabras de Jesús: “Ten fe en Dios”.
3. Ten fe en Dios.
Romanos 4:16 nos dice: «Por tanto, la promesa se recibe por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia…»
Hay una gracia hermosa diseñada para que caminemos en cada momento, pero solo puede recibirse por fe en las promesas de Dios. Cuando hacemos un compromiso diario para recibir Sus promesas por fe, ¡el resultado es que llegamos a creer que esas cosas nos pertenecen! Sí, debemos hacerlo día a día. Sin embargo, cuanto más vivimos de esta manera, más nos parece una locura volver a nuestra antigua forma carnal de hacer las cosas. La palabra griega para carne significa “trabajo”. Trabajo vs gracia: para mí, ¡es una elección sencilla!
En Romanos 11:6 leemos: «Y si es por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no sería gracia. Y si fuera por obras, ya no sería gracia; de otra manera la obra ya no es obra.»
Entonces, he presentado mi caso de la “gracia para ser mamá”. Y felizmente, es el mismo proceso para “la gracia de ser papá”, “la gracia para el ministerio” o “cualquier cosa que estés llamado a ser o a hacer”. Lee 1 Corintios 15:10 una vez más: «Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no ha sido en vano, pues he trabajado más que todos ellos, aunque no lo he hecho yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.»
Esto es lo que somos. Las mejores mamás del mundo, no fortalecidas por nuestra propia bondad, sino por la gracia de Dios que vive A LO GRANDE dentro de nosotras, llegando a nuestros hijos para atraerlos hacia Él.
Con una sonrisa en mi rostro y una risa en mi alma por las cosas buenas que nuestro Señor tiene reservadas para ti, también incluiré esta. Primera de Samuel 1:18 dice: «Y ella respondió: «Espero que veas con buenos ojos a esta sierva tuya.» Y Ana se fue de allí, y comió, y dejó de estar triste.»
Madre, disfruta tu temporada hoy. Es un regalo de Aquel que te ama.