El acrónimo “CAVU” es muy familiar para los pilotos. El mismo significa “Cielo y Visibilidad Ilimitados” (Ceiling And Visibility Unlimited, o C.A.V.U. por sus siglas en inglés). Me encontré con este acrónimo hace poco cuando leí sobre el ex presidente de los Estados Unidos, George H.W. Bush. Se llamó a sí mismo un hombre muy bendecido, que nunca tuvo necesidad de nada desde que nació hasta que se convirtió en el 41º presidente de los Estados Unidos. Él dijo que CAVU representaba su vida.
“El cielo era el límite”, dijo. “CAVU era el tipo de clima que los pilotos deseábamos cuando íbamos a despegar nuestros aviones desde el portaaviones en el Pacífico. Teníamos equipo de navegación limitada, así que queríamos CAVU.”
Cuando escuché eso, mi espíritu saltó. Eso es lo que todos necesitamos para tener éxito en nuestros ministerios, nuestros llamados y nuestras metas: cielo y visibilidad ilimitados. Y eso es lo que Dios también quiere para nosotros. El apóstol Pablo lo expresó de esta manera:
Así que, hermanos, cuando fui a ustedes para anunciarles el testimonio de Dios, no lo hice con palabras elocuentes ni sabias. Más bien, al estar entre ustedes me propuse no saber de ninguna otra cosa, sino de Jesucristo, y de éste crucificado. Estuve entre ustedes con tanta debilidad, que temblaba yo de miedo. Ni mi palabra ni mi predicación se basaron en palabras persuasivas de sabiduría humana, sino en la demostración del Espíritu y del poder, para que la fe de ustedes no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. (1 Corintios 2:1-5, énfasis del autor).
Con Dios no hay límites. Eso no significa que el logro de nuestros llamados y metas dependa de Él. No, Él ya hizo Su parte a través de Jesucristo. El logro depende de nosotros… ¡y tenemos trabajo por hacer!
Recuerda el poder de Dios
CAVU. Escribe ese acrónimo. Ponlo en tu espíritu. Medita en el mismo. Puedes disfrutar de un Cielo y Visibilidad Ilimitados, pero primero debes elegirlo.
El Salmo 78 pregunta acerca de Israel: “¡Cuántas veces lo desobedecieron en el desierto! ¡Cuántas veces lo hicieron enojar en el yermo! ¡Una y otra vez ponían a prueba a Dios! ¡Provocaban al Santo de Israel! No traían a la memoria su poder, ni el día en que él los libró de la angustia, cuando realizó en Egipto sus señales, y sus maravillas en el campo de Soán” (versículos 40-43).
Dios no le impuso límites a Israel. Por el contrario, les entregó la Tierra Prometida. Las limitaciones vinieron de parte de la gente. Provocaron a Dios. Se rebelaron contra Él. Le desobedecieron. Lo afligieron por su incredulidad y no recordaron Su poder.
Cuando surgen desafíos, debemos recordar el poder de Dios.
Cuando Jeanne y yo comenzamos nuestro ministerio, no teníamos dinero ni para comprar alimentos. No teníamos nada. Un día, cuando nos preguntábamos qué íbamos a hacer, alguien llamó a la puerta. Una mujer nos saludó y nos dijo: “El Señor le habló a mi esposo y le dijo que necesitaban $50.” Luego me entregó cincuenta dólares, suficiente para cinco bolsas de comestibles en ese entonces. Eso no fue nada menos que un milagro.
Probablemente también tengas historias similares.
¿Cuándo hizo Dios algo milagroso por ti? ¿Cuándo fuiste sanado? ¿Cuándo Dios te libró? ¿Cuándo apareció Dios?
En Números 14:22-23, Dios dijo: «ninguno de los que vieron mi gloria y las señales que hice en Egipto y en el desierto, los cuales ya me han puesto a prueba diez veces y no han querido obedecerme, llegará a ver la tierra que les prometí a sus padres. ¡Ninguno de los que me han rechazado la verá!» La tierra prometida fue un regalo de Dios a su pueblo. Su poder no tenía límites para llevarlos allí, pero su incredulidad limitó Su capacidad para bendecirlos. Esa generación había olvidado lo que Él había hecho por ellos — la liberación, la provisión, los milagros — y como resultado, murieron sin nunca lograr su llamado, que era tomar la Tierra Prometida.
Posibilidades Ilimitadas
Tienes que tomar una decisión. Puedes tomar CAVU o puedes quedarte dónde estás. Puedes disfrutar un banquete o puedes tener hambre.
Para tener la fiesta que Dios te ha proporcionado, tendrás que superar las barreras.
A Roger Bannister le dijeron que era imposible para un hombre correr una milla en menos de 4 minutos. Se propuso demostrar que estaban equivocados. Se entrenó. Se entrenó en más de un deporte. Corrió cuesta arriba. Corrió cuesta abajo. El día de la carrera, el clima no era perfecto, pero él había estudiado aeronáutica, vientos y fisiología. Con el mundo observándolo, logró algo que nadie había logrado antes. Roger rompió el récord de 4 minutos por milla. Para el mundo de las carreras, superar la barrera de los 4 minutos fue como escalar el Monte Everest. Parecía imposible, pero Roger Bannister lo hizo. ¡Eso es vivir una vida con CAVU!
Dios quiere que todos consigamos esta verdad acerca del CAVU dentro de nosotros. Lo vemos una y otra vez en las Escrituras.
En Lucas 1:37, el ángel le dijo a María: «¡Para Dios no hay nada imposible!»
En Lucas 18:27, Jesús dijo: «Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.»
Filipenses 4:13 dice: «todo lo puedo en Cristo que me fortalece!»
Con Dios no hay límites. ¡Con Dios, eres un rompe barreras!
Sigue las instrucciones de Dios
En el libro de Números, vemos el relato de Moisés enviando espías a la Tierra Prometida de Canaán que estaban a punto de habitar (Números 13:1-2). Ya les pertenecía pero, cuando los espías regresaron, su informe carecía de fe.
También les dijeron: «Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste. Ésta ciertamente fluye leche y miel, y aquí tienes sus frutos. Pero la gente que habita esa tierra es fuerte, y las ciudades son muy grandes y fortificadas; además, allí vimos a los hijos de Anac… Caleb pidió al pueblo que se callara delante de Moisés, y dijo: «Subamos, pues, y tomemos posesión de esa tierra, porque nosotros podremos más que ellos.» Pero los que habían ido con él dijeron: «No podemos atacar a ese pueblo, porque ellos son más fuertes que nosotros.» Además, entre los hijos de Israel hablaron mal de la tierra que habían explorado, y hasta dijeron: «La tierra que recorrimos para explorarla se traga a sus habitantes. Toda la gente que allí vimos son hombres de gran estatura.» (versículos 27-28, 30-32, énfasis del autor).
¿Por qué se consideró como malo el informe de los hombres? ¿No estaban simplemente contando las cosas como realmente eran? ¡No! Lo que informaron contradecía la verdad de Dios. Como resultado, le dio poder al enemigo porque cómo te ves a ti mismo es cómo te verá tu enemigo. Puedes estar de acuerdo con Dios o estar de acuerdo con el enemigo.
Romanos 12:2 dice: «Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, para que comprueben cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto.»
La clave para tener CAVU es renovar tu mente a la Palabra de Dios. Tu mente y tu espíritu deben estar de acuerdo. Tienes que renovar tu forma de pensar leyendo, estudiando, meditando y declarando la Palabra. Si no lo haces, te desviarás, te enojarás y te desanimarás. Renovar tu mente con la Palabra te ayudará a cambiar tu forma de pensar y a filtrar las voces ordenadas por Dios de las distracciones y las voces contrarias a Él.
Cuando estábamos construyendo nuestra iglesia en Arkansas, el banco quería prestarnos el dinero para construir nuestro edificio y dijimos: “No. El Señor nos dijo que lo construyéramos y lo pagáramos sobre la marcha.”
Una vez que terminamos, el oficial de préstamos salió para mirarlo y dijo: “Nunca pensé que pudieran hacer esto sin nosotros.”
Bueno, si Dios no me hubiera hablado, habría estado de acuerdo con él. ¡Pero Dios habló y tuve CAVU! Tienes que llegar al punto en el que no importa lo que te digan; harás lo que Dios te indique, y le obedecerás sin importar nada. Cuando recibes una palabra de Dios, entonces tienes CAVU. Sin límites. Sin barreras. Nada puede oponerse a ti.
Tienes oportunidades, proyectos y metas a las que Dios te ha llamado. Recuerda el poder de Dios. Toma posición y controla tu CAVU — Cielo y visibilidad ilimitados. ¡Dios proveerá para ti tanto como puedas creerle!
Happy Caldwell es fundador y pastor emérito de la Iglesia Ágape en Little Rock, Arkansas. También es presidente y fundador de la cadena de televisión Victory (Victory Television Network). Para obtener materiales del ministerio o más información, visita: vtntv.com.