Si las únicas noticias que escuchas provienen de los medios seculares, podrías pensar que todo lo que esta pasando en estos días es malo. Podrías pensar que la única ola que se está levantando alrededor es la ola de la maldad. Pero tengo noticias de último momento para ti que te darán una perspectiva más realista. Ahora mismo la mejor noticia no se trata de lo que el diablo y su grupo están haciendo.
La mejor noticia es lo que está pasando en el Reino de Dios.
A pesar de que todavía no ves esto en los titulares, Dios está haciendo cosas inusuales, cosas muchísimo mejores por todo el planeta. Él no está todavía sentado en el trono, ¡Él se está moviendo! Veo la evidencia en cada lugar al que viajo, y puedo decirte que la parte final del Libro es verdad: Jesús es el Señor, y en este mismo momento estamos en los comienzos del derramamiento de la gloria de Dios del final de los tiempos como nunca antes lo hemos visto.
“Sí hermano Copeland, pero también hay muchísimos problemas en el mundo. Las cosas están cada día más negras. Los problemas se hacen cada día más complicados”.
Lo sé. Pero como creyente no tienes porqué deprimirte debido a eso. Puedes mantenerte bien y regocijándote porque Jesús te ha dado la clave para vivir en victoria justo en medio de todo eso. Él ha resumido lo que necesitas hacer en cuatro simples palabras: ¡Ten fe en Dios! (Marcos 11:22).
Pero, ¿Y qué hay acerca de la economía?
Ten fe en Dios.
¿Qué hay acerca del desorden que han causado los distintos partidos políticos?
Ten fe en Dios.
¿Qué hay acerca de la Corte Suprema de Justicia?
Ten fe en Dios.
La fe en Dios es el secreto para resolver cualquier problema, y es la respuesta a cualquier cosa que el mundo pueda lanzarte ya que ésta te conecta a Jesús, y en Él «se hallan escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento» (Colosenses 2:3). No importa cuán complicadas trate de hacer las cosas el diablo, Jesús puede decirte cómo lidiar con ellas porque Él sabe todo lo que el Padre sabe… ¡y el Padre lo sabe todo!
Él sabe el final desde el principio. Él conoce cada detalle del pasado, presente y futuro. Él sabe lo que el diablo hará antes de que lo haga.
La ciencia ha descubierto que aun el cerebro humano tiene la capacidad de contener tres millones de años de información. ¡Así que piensa cuán maravilloso debe ser el cerebro de Dios! Su capacidad mental va mucho mas allá de todo cálculo. Y aún así, tú puedes alcanzarla porque como creyente, tienes el Espíritu Santo—el Espíritu de la verdad—en tu interior y Jesús prometió en Juan 16:13-15 que «…el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará, porque tomará de lo mío y se lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y se lo dará a conocer a ustedes».
Si quieres formarte una imagen de lo que esto realmente significa, imagínate a ti mismo parado en frente de un edificio enorme que es más hermoso de lo que puedas describir. Imagínate que dentro de ese edificio está un súper computador que contiene todos los planes que Dios ha hecho antes de la fundación del mundo, incluyendo los planes que Él diseñó especialmente para ti—planes tan maravillosos que van mucho más allá de cualquier cosa que puedas pedir o pensar y tan poderosos que el diablo no puede tocarlos.
Mientras estás allí parado mirando el edificio y maravillándote acerca de todo lo que contiene, una persona muy amable camina hacia ti. Sus ojos están llenos de fuego y amor al mismo tiempo, y te dice: “¿Puedo ayudarte? Yo soy el que construyó ese edificio. Yo programé el computador y me alegraría ayudarte a encontrar cualquier cosa que necesites saber”.
Esto suena como un sueño maravilloso y disparatado ¿verdad? Aun así, para nosotros los hijos de Dios es una realidad espiritual. Jesús nos ha dicho: “Todo lo que el Padre tiene es mío, y el Espíritu Santo tomará de lo que me pertenece y te lo mostrará a ti”.
Él se está tomando todo el tiempo
Por esta razón no debes deprimirte acerca del desorden que el diablo está causando en el mundo en estos días. Jesús no te ha dejado para que lidies con eso por ti mismo. Él no sólo está dándote una palmadita en el hombro y diciéndote: “espero que encuentres una manera para atravesar ese problema”.
No, Jesús es la cabeza de la iglesia, y Él toma responsabilidad total por cada uno de los que están en ella. Él ha hecho todo lo necesario para proveernos con todo lo que necesitamos para vivir el plan maravilloso de Dios para nuestras vidas, y Él está hablándonos todo el tiempo por medio del Espíritu Santo a cada uno de nosotros acerca de
ese plan.
El Espíritu Santo nunca está callado. Él siempre está escuchando a Jesús por nosotros y diciéndonos lo que Él dice. Siempre está liderándonos, guiándonos, enseñándonos «todas las cosas» (Juan 14:26).
Algunos creyentes dicen que Dios nunca les habla, pero están equivocados. Cuando lleguen al cielo, Jesús no les dirá: “pobre chiquito querido. ¿Me olvidé de hablarte de mi plan para ti? Supongo que tenemos que marcar eso como mi error”.
Todo lo contrario. Si esos creyentes tratan de decirle a Jesús que Él no les habló, Él les recordará acerca de la iglesia que puso en la ciudad para que pudieran escuchar Su Palabra predicada todas las semanas. Les recordará que tenían una Biblia, que ellos tenían al Espíritu Santo viviendo en su interior, que tenían la habilidad de orar y que podrían haber visto en la televisión casi todos los días de la semana a predicadores como los Copeland, Jerry Savelle, Jesse Duplantis, Keith Moore, Creflo Dollar y muchos otros.
“¿Qué estabas haciendo?” les dirá: “¿Por qué no aprovechaste esas cosas?”
“Bueno Señor, siempre estaba tan ocupado”.
“Sé que lo estabas. Y ese era el problema. Yo te hablé todos los días una y otra vez, pero siempre estabas ocupado con algo nuevo. No estabas prestando atención”.
Recuerdo una ocasión en la que el Señor me dijo algo parecido. Fue muy poco tiempo después de que empecé este ministerio. Un día recibí una llamada de mi padre espiritual, el hermano Oral Roberts, en la que me dijo que vendría a pasar el fin de semana con Gloria y conmigo.
Estaba emocionado. Le dije “Sí señor. Tan solo dime a qué hora llegarás y estaré en el aeropuerto para recogerte”.
Al finalizar nuestra conversación, le dije a Gloria e inmediatamente nos pusimos en acción. ¡Teníamos que estar listos; el profeta estaba viniendo!
La mañana siguiente al arribo del hermano Roberts, cuando fui a la cocina para desayunar, él ya estaba en la mesa esperándome. Tenía su Biblia abierta en frente, así que Gloria y yo tomamos nuestras Biblias y nos sentamos con él. Pasamos la mañana entera hablando acerca de la PALABRA y compartiendo un tiempo maravilloso.
Cosas maravillosas sucedieron ese fin de semana, y cuando terminó, yo estaba alabando al SEÑOR por cada una de ellas.
“Oh, Dios, gracias” dije “ha sido maravilloso tener al hermano Roberts acá”.
Nunca olvidaré lo que el SEÑOR me respondió.
“He estado aquí todas las mañanas”, me dijo.
¡Es cierto! pensé. Tú eres el Dios, todopoderoso, creador del universo, y estás aquí todos los días conmigo. Has puesto tu Espíritu Santo en mi interior para responderme cada pregunta e impartirme Tu sabiduría. Pero en lugar de sacar tiempo para sentarme contigo, muchas veces tan solo paso corriendo por tu lado porque tengo algo más que hacer.
Resolví allí mismo hacer algunos ajustes. Decidí que mi tiempo con Jesús sería siempre mi prioridad Nº 1; que siempre sería lo primero.
Una época peligrosa para ser Espiritualmente perezoso
Estos días, como nunca antes, todos nosotros como creyentes necesitamos tomar esa decisión. Estamos viviendo en una época muy intensa. Por un lado, Dios está moviéndose de una manera poderosa. Él está haciendo cosas que no queremos perdernos. Y por otro lado, el diablo está avanzando con todas sus operaciones, empujando gente mala a atravesar límites que
nunca esperamos.
¿Quién habría pensado que en pleno siglo XXI algunas personas volverían a crucificar cristianos? ¿Quién hubiera pensado que veríamos anuncios en el internet de personas siendo decapitadas? Hace algunos años ese tipo de cosas hubieran sido inimaginables. Y aun así, están sucediendo.
Ante nuestra propia vista, el mundo ha caído más bajo de lo que alguna vez habíamos visto, y no está por mejorar. Podemos rescatar a algunas personas de todo esto por medio del poder del evangelio y la gracia de Dios, pero este mundo no está por mejorar; está por ponerse peor, porque este es el final de los tiempos. Estos son los tiempos de los que 2 Timoteo 3:13 dice: «pero los hombres malvados y los engañadores irán de mal en peor: engañarán y serán engañados».
Como creyentes, ya no podemos darnos el lujo de ser perezosos espiritualmente. No tenemos tiempo para recostarnos, recibir una o dos respuestas de parte de Dios una que otra vez, y esperar que todo esté bien. Es el momento para que limpiemos espiritualmente la casa—para caminar de acuerdo a la PALABRA y hacer que buscarlo a Él y Su plan para nuestras vidas sea un asunto de todos los días.
Es el momento de ponerlo al Él en primer lugar, escuchar constantemente al Espíritu Santo, y recibir Su dirección acerca de cada cosa que hacemos.
En otras palabras, es el momento de comprometernos completamente a caminar con Jesús cada paso del camino.
¿Cómo lo hacemos?
¡Teniendo fe en Dios! Obedeciendo Hebreos 12:1-3, que dice:
«Liberémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo que le esperaba sufrió la cruz y menospreció el oprobio, y se sentó a la derecha del trono de Dios. Por lo tanto, consideren a aquel que sufrió tanta contradicción de parte de los pecadores, para que no se cansen ni se desanimen».
Si ponemos nuestra fe en Jesús, no nos cansaremos ni desanimaremos cuando el mundo a nuestro alrededor se ponga más oscuro. No estaremos cansados por culpa de los problemas que éste arroja a nuestro camino. Entraremos en la sabiduría de nuestro Padre celestial y encontraremos todo lo que necesitamos saber acerca de cómo terminar de correr nuestra carrera.
Podrías decir: “Pero hermano Copeland, he cometido muchos errores en mi vida, estoy tan lejos del camino que no puedo darme cuenta cuál es la carrera que se supone que esté corriendo”.
Entonces no trates de averiguarlo. Tan solo actúa de acuerdo a Santiago 1:5-6. «Si alguno de ustedes requiere de sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios se la da a todos en abundancia y sin hacer ningún reproche. Pero tiene que pedir con fe y sin dudar nada, porque el que duda es como las olas del mar, que el viento agita y lleva de un lado a otro».
De acuerdo a esos versículos, aun si los problemas que estás enfrentando son problemas que tú mismo creaste. Dios no “reprende” o encuentra falta en ti cuando le pides ayuda para resolverlos. Él no te castigará negándote la respuesta que necesitas.
Tú podrías arrojarte al piso de la cárcel, encerrado por un crimen que cometiste, pero si te arrepientes y le pides a Dios sabiduría inmediatamente, Él empezará a ayudarte. Sin importar todo el desorden que creaste para terminar allí, Él empezará a decirte cómo manejar la situación, cómo darle gloria en ese lugar, y cómo salir de allí.
¡Dios está a tu favor, no en tu contra! Puedes pedirle cualquier cosa que necesites. Tan solo asegúrate de pedirle con fe.
Jesús dijo en Marcos 11: «Por tanto, les digo: Todo lo que pidan en oración, crean que lo recibirán, y se les concederá. Y cuando oren, si tienen algo contra alguien, perdónenlo…» (Versículos 24-25). Así que cuando ores pidiendo sabiduría, cree que es tuya en el instante que la pides. Di en voz alta: “Dios me prometió Su sabiduría y la recibo ahora mismo. Desde este momento en adelante, declaro que es mía. Digo que la tengo, y me mantendré diciéndolo no importa cómo me sienta o cuánta presión el enemigo ponga sobre mí para que diga algo distinto”.
Después, termina tu oración perdonando a los que te han lastimado. Es algo vital. Si no perdonas, tu fe no funciona, porque la fe funciona por el amor (Gálatas 5:6) y el amor perdona.
¡Así es como los creyentes nacieron para vivir!
No fuimos creados para preocuparnos acerca de todas las malas noticias en el mundo y para focalizarnos en lo que el diablo está haciendo. Fuimos creados para caminar en la sabiduría y el amor de Dios, y contarle a las personas las buenas noticias acerca de Jesús. Lo que Él está haciendo es la historia verdadera de estos días. Así que permanece focalizado en Él. ¡Despiértate cada mañana esperando que Él te diga cosas que nunca antes has oído! Pasa tiempo con Él en la PALABRA, con la expectativa de que Él te muestre cosas que nunca antes has visto.
Jesús te dará la respuesta para cada situación. Sin importar lo que pase en este mundo loco y complicado. ¡Él te mantendrá en el camino de la victoria, siempre y cuando tengas fe en Dios!