El ADN de Jesús me pertenece
Quiero darle gracias a este ministerio por la gracia y la sanidad que recibí en mi cuerpo a través del Señor Jesús. Recientemente visité a mi médico, y descubrí que mi presión sanguínea se encontraba estable después de hacerme un examen exhaustivo (para detectar si tenía el colesterol alto) ¡los resultados de mi examen de sangre salieron normales! Antes de hacer esos exámenes, me visualicé portando el mismo ADN de Cristo a través de Su sangre y así, mi sistema sanguíneo no tendría ningún defecto.
El médico notó una mancha en mi rostro y sospechaba que era cancerosa. Sin embargo, yo no lo acepté; y ese día ¡la mancha desapareció por completo!
Gracias por mantener en oración los deseos de mi corazón (un automóvil nuevo, y un rompimiento financiero). Bendecimos su ministerio y a todas las personas que están en conexión con KCM.
Joan M. | Canadá
Los ángeles me cuidan
He sido colaboradora de KCM durante 18 años. Nací de nuevo mientras volaba en un avión y leía una de sus revistas: La voz de victoria del creyente que alguien había dejado en el asiento del avión. Soy una fiel creyente del Salmo 91, y me ha protegido en muchas ocasiones. Antes de que el huracán Charlie golpeara el vecindario de mi padre, oré por protección alrededor del patio de su casa. Todo el vecindario quedó devastado, sin embargo, su casa quedó intacta.
En dos ocasiones, el Señor me libró mientras iba en una motocicleta. Estábamos esperando en la motocicleta a que el semáforo cambiara para poder continuar, cuando de repente una camioneta nos golpeó desde atrás, y no teníamos puestos ni el embrague, ni los frenos. Después del golpe, salimos disparados hacia la intersección — ¡ningún vehículo atravesó por la misma, y no sufrimos lesión alguna!— En otra ocasión, tuvimos un incidente en donde otro conductor al pasar a nuestro lado con los estribos de su motocicleta destruyó por completo mi estribera —¡Esa estribera pudo haber sido mi pie!—. Cuando mi familia y amigos me piden que ore por ellos, les digo lo mismo que ustedes me has enseñado: “Declaren la palabra de Dios en voz alta, creyendo, y Él ordenará a Sus ángeles que los protejan”.
Stacy D. | Arizona
¡Mi espalda fue sana!
Permanecí firme en la Palabra, en las escrituras de sanidad, y en las enseñanzas de KCM y he sido sanada de una condición degenerativa que tenía en la espalda.
Jenette L. | Kentucky
Un conocimiento que libera
El año pasado asistí a la Campaña de victoria de Canadá en Mississauga. Después de que Gloria impuso sus manos y oró por mí en la Escuela de Sanidad, sentí una fuerte convicción de que fui sana. Había estado esperando por mi sanidad física; sin embargo, también recibí sanidad interior y prosperidad en mi alma. Continué dándole gracias al Señor y alabando a Dios por mi sanidad. En las mañanas, mientras aún me encontraba en la cama, cantaba alabanzas y meditaba en la siguiente escritura: «… permanece en mi palabra… y la verdad los hará libres» (Juan 8:31-32). Mi versículo preferido acerca de la sanidad era Hebreos 12:12-13. Esa noche, antes de acostarme, leí esos versículos una vez más; sin embargo, algo hizo que leyera el versículo 14. ¡Era hora de la revelación! Me acosté relajada, tranquila y con un conocimiento liberador. Me fue quitado un gran peso de encima. Y supe de inmediato lo que debía hacer: ¡Restaurar las relaciones que estaban mal desde hacía mucho tiempo, y arreglar conflictos del pasado! Gracias a sus enseñanzas y oraciones. Durante muchos años, quise asistir a una de sus conferencias. Estaba tan feliz de finalmente poder ir y conocerlos… he escuchado sus enseñanzas desde 1995, y cada vez que termino de leer su revista mensual, me quedo “muy emocionada”. Le agradezco a Dios por su ministerio. Y estoy muy contenta al saber que tienen una oficina en Vancouver.
Sharon O. | Ontario, Canadá
¡Una montaña de deudas—removida!
¡Tenemos un testimonio! En el año 2013, el Señor nos dijo que enfocáramos nuestra fe para vivir sin deudas. Vimos el programa de George y Gloria, imprimimos todas las notas y nos alimentamos de esas escrituras; desatamos nuestra fe y le hablamos a la montaña de deudas. Alabado sea el Señor, pues el 29 de noviembre de 2013, recibimos una herencia, la cual cubrió en su totalidad todas las deudas, e incluso nos sobró dinero. Fue un milagro financiero y un rompimiento. Y estamos muy agradecidos con su ministerio por las enseñanzas que comparten acerca de vivir sin deudas. Gracias por permanecer con nosotros.
Laura M. | Canadá