Corría el año 1966 en el campus de la Universidad Oral Roberts en Tulsa, Oklahoma. Kenneth Copeland todavía disfrutaba de la fresca unción impartida por las manos de Oral Roberts, cuando Dios le mostró algo en el espíritu al abrirle los ojos a la condición espiritual de algunos creyentes como nunca antes lo había podido apreciar.
De repente, los cuerpos de los creyentes que estaban delante del hermano Roberts en la fila de oración se volvieron transparentes: sólo eran reconocibles por su vago contorno. Aunque físicamente saludables en la mayoría de los casos, sus espíritus eran tan delgados y enfermizos que apenas podían caminar. Sin embargo, conectada a cada pequeño cuerpo espiritual demacrado se encontraba una cabeza agigantada.
Kenneth escuchó al Señor decirle: Hijo, te he llamado para que alimentes a Mi Pueblo. Están desbalanceados. Están física y mentalmente desarrollados. Algunos están tan desarrollados mentalmente que apenas pueden mantener la cabeza erguida. Te mostraré cómo alimentar y edificar a Mi Pueblo espiritualmente hasta que logren equilibrarse.
Ese llamado era el objetivo principal cuando se abrieron las puertas del Centro de Convenciones del Condado de Tarrant en Fort Worth, Texas, un 17 de agosto de 1981; Kenneth subía a la tarima para realizar la primera “Convención de Creyentes del Suroeste”. Estaba dando un paso importante para cumplir la visión y el llamado que el Señor le había indicado casi 15 años antes.
Junto a Kenneth y Gloria Copeland, durante seis días consecutivos de reuniones, se encontraba una poderosa selección de oradores que incluía a Jerry Savelle, Norvel Hayes, Charles Capps, John Osteen, Hilton Sutton y T.L. Osborn.
Era evidente que Dios estaba levantando una nueva generación de creyentes. En una palabra declarada a través del difunto John Osteen acerca de la reunión, el Señor dijo: Estoy enviando un avivamiento de la Palabra para que la Iglesia sepa quiénes son en Jesucristo. Y surgirán como un gigante y saldrán a un mundo oscuro y lo saturarán con Mi gloria y Mi poder. Y echarán fuera demonios y sanarán a los enfermos y traerán liberación a la humanidad. Y mostraré Mi gloria en su generación.
Desde entonces y hasta ahora, la verdad de esas palabras ha continuado resonando mientras el poder de Dios se ha evidenciado en cada convención. La Convención de Creyentes del Suroeste se ha conservado como gran catalizador para el cambio de vida de cientos de miles de personas a medida que nuevas claves del Reino son reveladas y nuevas fuerzas son infundidas.
Reflexionando sobre el comienzo de la Convención de Creyentes del Suroeste, Kenneth dijo: “Cuando le pregunté al Señor hace tantos años, ‘¿Qué quieres de estas reuniones? ¿Cuál es nuestro propósito específico?’ me dijo: Quiero que conduzcas reuniones donde la gente pueda sumergirse totalmente en LA PALABRA de Dios. ¡Entrar en la PALABRA de Dios y quedarse allí! Habla acerca de la fe y la integridad de LA PALABRA. Habla sobre ella y habla sobre ella… en la tierra hay personas que tienen suficiente hambre por Mi PALABRA para venir y sentarse bajo ese tipo de exposición intensiva. ¡Ese es nuestro llamado y lo seguimos cumpliendo.”
Desde su inicio, la Convención ha seguido prosperando, comprometida con la inmersión total en la Palabra de Dios.
De carácter libre y gratuito, la convención está diseñada para edificar a los colaboradores y amigos de los Ministerios Kenneth Copeland y llevarlos de la leche a la carne de la Palabra. La Convención de Creyentes del Suroeste continúa cumpliendo ese objetivo mientras ministra a personas de todas las edades y estilos de vida, a través de servicios para adultos, el ministerio para niños a través de la Academia Superkid y el ministerio para jóvenes 14forty.
Muchos de ustedes han compartido con nosotros la mayoría, o todos los años de este emocionante viaje. Otros se han conectado con nosotros a lo largo del camino. Nos alegramos de que cada año hayan elegido permitir que la Convención de Creyentes del Suroeste desempeñe un papel en su crecimiento y madurez espiritual. Les agradecemos por formar parte de esta emocionante historia. V