Independientemente de la situación, la solución siempre se encuentra aproximadamente 45 cm abajo de nuestras cabezas. Está escondida en lo más profundo del hombre interior, en nuestros espíritus nacidos de nuevo. Todo lo que necesitamos hacer es llevarlo desde nuestro corazón a nuestra cabeza.
¿Cómo lo hacemos? Pidiéndole al Señor por sabiduría.
Sé que eso suena demasiado simple pero, cuando llegan las crisis, es sorprendente ver cuántos creyentes se olvidan de pedir sabiduría para resolver un problema, a pesar de ser lo primordial. La mayoría de las veces se emocionan y comienzan a analizar la situación, tratando de descubrir qué pasos dar para resolverla. Luego, después de gastar mucho tiempo y energía, finalmente se agotan y le preguntan a Dios por Su solución.
Proverbios 4:7 (RVA-2015) nos dice: «¡Sabiduría ante todo! ¡Adquiere sabiduría!» Como creyentes, Cristo nos ha conectado para siempre con la sabiduría de Dios. Como Pablo nos dijo en 1 Corintios 1:30: «Ustedes ahora son de Cristo Jesús, a quien Dios ha constituido como nuestra sabiduría, nuestra justificación, nuestra santificación y nuestra redención».
Necesitamos aprender a reducir la velocidad en esas situaciones y recurrir a Él primero, esperando que la sabiduría de Dios en nuestro interior se eleve para enfrentar nuestros desafíos y mantenernos en paz.
Comienza a alabar a Dios y di: “Señor, te alabo y te agradezco por el pacto de paz. Me niego a dejar que el diablo me quite esa paz en esta situación. SEÑOR, sé que tu PALABRA dice que estás conmigo cuando estoy en problemas y que me libras de todo. Cristo Jesús es mi sabiduría. Así que ahora te pido me reveles Tu sabiduría en este asunto. Por favor, muéstrame cómo orar y usar hábilmente mi fe.”
A continuación, finaliza esa oración orando en el espíritu por unos instantes y escuchando, a la espera de la sabiduría.
Independientemente de lo confuso que pueda parecer tu problema, puedes orar esa oración en confianza sabiendo que Dios la responderá porque Santiago 1:5 dice: «Si alguno de ustedes requiere de sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios se la da a todos en abundancia y sin hacer ningún reproche.»
Lo más valioso
Recuerdo una vez en particular cuando el Señor me lo demostró en la práctica. En ese momento, Gloria y yo estábamos enfrentando una situación muy grave. No teníamos la menor idea de la raíz del problema. Para ser honesto, al principio simplemente reaccioné. Comencé a declarar todas las escrituras y a orar de toda manera que se me venía a la mente. Pero Dios me interrumpió y me dijo: “Kenneth, es bueno confesar las Escrituras. Es bueno orar. Pero lo principal que necesitas es sabiduría. Así que tranquiliza tu corazón sabiendo que todo estará bien. No tienes que molestarte. Ora en el Espíritu Santo para que puedas orar la perfecta voluntad de Dios. Entonces, escucharás mi dirección.”
Por lo tanto, eso fue lo que hice. Pasaron varios días y simplemente me dediqué a confiar en que Dios me revelaría Su sabiduría. Entonces, una mañana me desperté con el conocimiento de aquello a lo que nos estábamos enfrentando y cómo responder con la PALABRA. Sabía qué hacer y qué orar. Como resultado, Gloria y yo salimos juntos de esa situación en victoria.
La sabiduría de Dios es lo más valioso que puedes recibir de Su parte. Cualquiera sea tu situación, sin importar cuán imposible pueda parecerte, a tu familia o a tus amigos, el Señor tiene un plan para librarte. Si haces tú prioridad la de orar por esa situación y recibir la sabiduría de Dios al respecto, no solo atravesarás por el problema, sino que también aprenderás cómo evitar volver a caer en la misma trampa.
Cambia el juego del diablo
Adicionalmente, Dios te mostrará cómo cambiarle el juego al diablo, tomando la situación que él ideó para tu destrucción y convirtiéndola en una herramienta de bendición; no solo en tu vida, sino también en la vida de los demás.
Uno de mis ejemplos favoritos de este cambio de juego ocurrió en una iglesia que conozco. Hace varios años, alguien irrumpió en su edificio y robó el sistema de sonido. En lugar de gemir y llorar al respecto, esa congregación usó la sabiduría. Se reunieron y comenzaron a alabar a Dios y luego usaron hábilmente la palabra de justicia y le ordenaron a Satanás que trajera sus cosas de regreso en el Nombre de Jesús.
Al final resultó ser que el hombre que había robado el equipo ya estaba en la cárcel. Había sido arrestado por otro crimen. La policía ni siquiera sabía que había robado las cosas de la iglesia, pero éste comenzó a gritar desde su celda en la cárcel, rogándole a alguien que fuera a su casa, tomara los equipos que había robado y los devolviera.
Como resultado, la policía llamó al pastor de la iglesia y el pastor fue a la cárcel, compartió el evangelio con ese joven y ¡nació de nuevo! ¡Eso es a lo que me refiero con cambiarle el juego al diablo!
Puedes hacer lo mismo en cualquier situación que enfrentes. Simplemente pídele primero sabiduría a Dios. Luego, escucha y obedece. Después de todo lo dicho y hecho, no solo saldrás victorioso, sino que el diablo lamentará haberse metido contigo. ¡Y lo más probable es que ayudes al Señor a cambiar la vida de otra persona en el camino!