A veces, como creyentes, le damos demasiado crédito al diablo. Suponemos que todos los problemas en nuestras vidas son exclusivamente obra suya. Lo señalamos como la razón por la cual hemos sido tenazmente perseguidos por la enfermedad, o la escasez, u otra cosa negativa, cuando en realidad no es él quien está perpetuando el problema. […]
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