Hace años, una señora que nos había escuchado predicar acerca de la sanidad divina, nos escribió muy perpleja. “Si sigo recibiendo sanidad, ¿cómo voy a morirme?”, nos preguntó. Tengo que admitir que nos reímos un poco de la pregunta, pero en realidad era muy buena. Todos los creyentes debemos ser capaces de responderla. Si queremos […]
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