¿Esperas que Dios haga algo grande en tu vida en el próximo año? Deberías hacerlo.
El Señor ha dejado en claro que Él tiene cosas reservadas para nosotros que aún no hemos experimentado. Dios siempre ha sido bueno con nosotros, pero aún tenemos que experimentar la plenitud de Su bondad, a punto de ser derramada. ¡Alabado sea Dios, estamos cerca de aprovechar esa reserva!
El Salmo 31:19 nos dice que hay una reserva para los hijos de Dios: «¡Cuán grande es tu bondad, la cual reservas para los que en ti confían! ¡Delante de todos la manifiestas a los que en ti buscan refugio!». ¡Eso es emocionante! La bondad ha sido depositada para aquellos de nosotros que tememos y veneramos a Dios.
Isaías 64:4 nos lo reitera, prometiendo que Dios tiene grandes cosas preparadas para nosotros. Nos dice: «Nunca antes hubo oídos que lo oyeran ni ojos que lo vieran, ni nadie supo de un Dios que, como tú, actuara en favor de aquellos que en él confían.»
En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo escribió: «Así que mi Dios suplirá todo lo que les falte, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.» (Filipenses 4:19). Esa frase, “riquezas en gloria”, indica que hay una reserva, un suministro grande y vasto que es inmenso, inusualmente grande e ilimitado, reservado y preparado para nosotros. Eso es lo que Dios tiene para ti y para mí.
Nadie ha aprovechado aún todo lo que esa reserva contiene. Hemos experimentado matices a lo largo de los años, pero hay mucho más por llegar. Y esto es lo que escucho decir al Espíritu de Dios: Las reservas se están abriendo.
¡Prepárate, porque estamos a punto de experimentar la bondad de Dios como nunca antes! Pablo dice: «Como está escrito: «Las cosas que ningún ojo vio, ni ningún oído escuchó, Ni han penetrado en el corazón del hombre, Son las que Dios ha preparado para los que lo aman.» Pero Dios nos las reveló a nosotros por medio del Espíritu, porque el Espíritu lo examina todo, aun las profundidades de Dios.» (1 Corintios 2: 9-10).
En otras palabras, “Nadie ha visto ni escuchado algo similar” (El Mensaje). Dios planeó esto con mucha anticipación, sólo para nosotros. Como solía decir Oral Roberts al final de sus transmisiones, “Algo bueno está a punto de sucederte”. Eso es lo que estamos esperando, ¡algo inmensamente bueno!
Dios está trabajando detrás de escena
Cuando mi nieta Cassidy nació, me senté con mi Contador Público y establecí un fondo fiduciario a su nombre. Desde entonces, he contribuido al mismo. Hoy, ya de adulta, ella puede aprovechar esa reserva. Fue preparada de antemano, especialmente a su nombre. Le pertenece a ella, no a mí. Yo soy simplemente quien la proporcionó.
Dios tiene una reserva así para todos Sus hijos, pero la suya es aún mejor. Está llena de Su bondad. Hemos visto destellos de lo que está en ella, pero aun no la hemos experimentado en su plenitud porque no hemos alcanzado la madurez plena. El Cuerpo de Cristo no ha madurado lo suficiente como para administrar lo que está en reserva, y Dios sabe que no debe entregarles riquezas a los niños. Él ha estado esperando que crezcamos y maduremos en nuestra identidad en Cristo.
Lo bueno es que, mientras hemos estado creciendo en Él, Dios ha estado trabajando. Efesios 3:9 dice: «Mi tarea es poner en evidencia lo que Dios, quien creó todo esto en primer lugar, ha estado haciendo en secreto y detrás de escena todo el tiempo». (El Mensaje).
Dios ha estado trabajando detrás de escena, preparando cosas en secreto. Él ha estado sembrando en una reserva que se manifestará «superabundantemente, muy por encima de todo lo que [nos atrevamos] a pedir o pensar [infinitamente más allá de nuestras oraciones más elevadas, deseos, pensamientos, esperanzas o sueños]». (Efesios 3:20, Biblia Amplificada, Edición Clásica).
¿Estás listo para recibirla? ¿Estás listo para soñar en grande? ¿Quiero decir, realmente en grande?
Aprendí a soñar en grande hace años cuando el hermano Roberts se me sumó para una reunión de negocios en África. Estábamos programados para reunirnos con el presidente del país, pero se le presentó una emergencia. Entonces, en su lugar, nos reunimos con el vicepresidente y otros miembros del gabinete de la presidencia. Estábamos emocionados de hablar con ellos sobre la construcción de una instalación médica.
Desplegué los planos arquitectónicos sobre la mesa y le expliqué al vicepresidente que los Ministerios Jerry Savelle iban a financiar toda la construcción. El hermano Roberts acordó que equiparía completamente el hospital y lo dotaría de médicos y enfermeras de la Universidad Oral Roberts. Todo lo que necesitábamos era un terreno donde construirlo.
“Y cuando esté completo”, le dije al vicepresidente, “lo donaremos a esta nación. Esto proporcionará puestos de trabajo para su gente porque contrataremos trabajadores locales para supervisar la construcción y llevarla a cabo.”
Mientras hacía mi presentación, el hermano Roberts se sentó en silencio, y escribía en una servilleta. Luego, para mi sorpresa, la arrugó y la arrojó sobre el extremo de la mesa. Tomó otra servilleta y repitió lo mismo. Evité distraerme, pero luego lo hizo una tercera vez: escribió, arrugó y arrojó.
Finalmente, después de garabatear en una última servilleta, el hermano Roberts me dio un codazo en el hombro y me la entregó.
“Lee esto.”
“Hermano Roberts, el vicepresidente está hablando”, dije, forzando una sonrisa. “¿Podría esperar?”
“No. No puedo.” Se lo devolví. “Hermano Roberts, el vicepresidente está hablando. Esto es grosero. Lo leeré al finalizar la reunión.” “No esperará. Léela ahora.” Asentí y me volví hacia el vicepresidente.
“Discúlpeme señor. El hermano Roberts quiere que lea algo. En breves instantes continuaré prestándole atención.”
Haciéndome a un lado y tomando la servilleta, miré lo que había escrito. Era una completa tontería. Decía: STREBORLARO. Se la devolví. “Hermano Roberts, no tengo ni idea de lo que dice.”
“Estúdialo. Léelo hasta que entiendas.” “Yo leo, STREBORLARO. No sé lo que dice. ¿Podría aclarármelo? Esta es una reunión importante.” Señaló la servilleta. “Eso es ORAL ROBERTS escritos al revés.” Arqueé mis cejas.
“Esto es lo que ha estado haciendo durante los últimos 35 minutos? ¿’Oral Roberts’ deletreado al revés? ¿Está aburrido?”
Me respondió: “Sí. Me aburres. Él me aburre ¡Todos en esta sala me aburren… porque piensan demasiado pequeño!” Y prosiguió: “No puedes construir lo que le acabas de prometer en ese terreno. Necesitas pedirle uno 10 veces más grande.”
Le respondí: “Siento al Señor guiándome para que sea Ud. quien lo solicite.”
Entonces, el hermano Roberts se dirigió al vicepresidente y le dijo: “Ese terreno no es suficiente. Denos diez veces esa cantidad.”
¡Y lo hizo!
Luego, el hermano Roberts se volvió hacia mí y me dijo: “¡Nunca vuelvas a pensar en pequeño conmigo!”
Ese día aprendí la lección.
Tenemos que dejar de pensar en pequeño. Dios tiene una reserva. Dios tiene una bondad que nunca hemos aprovechado ni imaginado. Dios la tiene, y Él simplemente está esperando que se lo pidamos.
Pídelo
Si te pareces a mí, y estás listo para ver la bondad de Dios en tu vida, es hora de decirlo y pedírsela. Moisés es nuestro ejemplo. En Éxodo 33:18, se acercó a Dios y le dijo: «Te ruego que me muestres tu gloria.» Inmediatamente Dios respondió: «Voy a hacer que todo mi bien pase delante de ti…» (versículo 19).
En la mente de Dios, Su gloria y Su bondad son una y la misma. La gloria de Dios es una manifestación de Su bondad.
El Señor me ha dicho: Dile a cada creyente en cualquier lugar que prediques que mantenga estas palabras en sus labios y en sus oraciones: “Muéstrame Tu gloria”, y que lo hagan todos los días.
Entonces, déjame hacerte una pregunta: ¿Satisfaría la bondad de Dios todas las necesidades en tu vida? ¡Por supuesto que lo haría! Es hora de mantener la oración de Moisés en tus labios. Despiértate cada mañana y ora: “¡Señor, muéstrame Tu gloria!” Y luego cree que recibes cuando oras (Marcos 11:24). Cree en las manifestaciones de Su bondad en cada área de tu vida.
En Éxodo 34:10, Dios le dice a Moisés: «Voy a realizar maravillas nunca antes vistas en toda la tierra, ni en nación alguna. Todo el pueblo, en medio del cual tú estás, verá las obras tan sorprendentes que yo, el Señor, haré contigo.» Esas palabras no eran solo para los israelitas en los días de Moisés. Mientras leo la Biblia, veo un tema recurrente: Dios está tratando de superarse con cada generación.
En una de las últimas conversaciones que tuve con el hermano Roberts, le pregunté: “Hermano Roberts, ¿qué es lo último que el Señor le ha dicho?”
Me respondió: “El Señor dijo: Oral, si crees que has visto milagros, señales y maravillas en la gran carpa, hijo, todavía no has visto nada. Estoy a punto de manifestarlo de nuevo, a lo grande.”
Me suena como que Dios está planeando superarse a Sí mismo, una vez más. Él tiene una reserva preparada para nosotros. Y somos la generación para la cual ha sido destinada. ¡Somos la generación que está a punto de aprovecharla como ninguna otra!
¿Estás esperando para que Dios haga algo grande en tu vida? Él lo hará… cuando te acerques a Él con fe y aproveches Su reserva.