Al finalizar cada día de la Creación, Dios se detenía a contemplar todo lo que había hecho, y todo lo que podía decir era: “Es bueno.” Y cuando terminó con Su obra maestra, descansó de todo lo que había hecho.
Hay tal amor reflejado en esa simple palabra: bueno. Al estudiar el plan de Dios, he descubierto lo significativo de la palabra bueno para Dios. Cualquier plan añejo y cualquier cosa vieja no es lo suficientemente buena para Sus hijos. Debido a Su gran amor por nosotros y a Su deseo de que tengamos una vida maravillosa aquí en la Tierra, Él nos da solo Sus cosas buenas.
Mientras buscamos en Su Palabra la evidencia de Su gran plan para nuestras vidas, siempre debemos tener estas cosas en mente. Dios nunca es aleatorio, y ciertamente nunca se equivoca. Él tiene un plan muy agradable y preciso para nuestras vidas. En realidad, ese plan fue planeado antes de la fundación del mundo. Él planeó tu vida antes de que nacieras; un plan que se extiende de principio a fin sólo para ti; ese plan que Él llama bueno.
Efesios 2:10, en la Biblia Amplificada Edición Clásica, lo deja muy claro: «Somos la [propia] obra de Dios (Su trabajo), recreada en Cristo Jesús, [nacidos de nuevo] para que podamos hacer esas buenas obras que Dios predestinó (planeó de antemano) para nosotros [tomando caminos que Él preparó antes de tiempo], para que los recorriéramos [viviendo la buena vida que Él preparó y predestinó para que viviéramos].»
Qué declaración. ¡El Creador del universo ha declarado que somos Su obra maestra! Cuando los artistas comienzan a pintar, no ponen pintura al azar en el lienzo. Ellos planean. ¿Cómo se verá el fondo? ¿Cuál será el punto focal? ¿Qué detalles habrá en la pintura? Una obra maestra es pintada por un artista que es un visionario experto y altamente calificado.
Tú—¡Una obra maestra!
Bueno, tú eres una obra maestra, nacida para la buena vida que Dios planeó para ti hace mucho tiempo. Sólo examina el Salmo 139, Nueva Traducción Viviente, y verás el nivel de destreza y genialidad con el que has sido creado. Comprueba por ti mismo cómo Dios ha planeado tu vida, con el mismo detalle con el que planeó el universo.
El versículo 13 dice: «Tú creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo
y me entretejiste en el vientre de mi madre.» Y en los versículos 15-16 leemos: «Tú me observabas mientras iba cobrando forma en secreto mientras se entretejían mis partes en la oscuridad de la matriz. Me viste antes de que naciera. Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro. Cada momento fue diseñado antes de que un solo día pasara.»
El versículo 15 (AMPC) dice que es como si Él nos bordara con varios colores.
Cuando era niña, siempre quise hacer manualidades para la Navidad. Me encantaba comenzar proyectos, aunque no creo haber terminado muchos de ellos. En la década de 1970 el bordado era muy popular, así que, por supuesto, ¡tenía que probarlo! Mi mamá me compró un aro, una aguja, un hilo, plantillas transferibles para la plancha y una camisa vaquera para probar mis nuevas habilidades. Aprendí cómo las diferentes puntadas, los distintos anchos y colores del hilo completaban cada parte única del patrón. De la misma manera, cuando cada uno de nosotros estaba en el vientre de nuestra madre, Dios estaba bordando los varios atributos que tendríamos: aquello que Él nos diseñó para ser.
Todo lo que necesitas para ser aquello que Él te diseñó para ser ya está dentro de ti. Por eso es que es muy difícil encajar en el molde de otra persona. Satanás trata de convencer a las personas para que traten de ser algo distinto a lo que fueron diseñadas. Miran a otra persona y piensan: son tan talentosos. Son tan inteligentes. Quiero ser esto o quiero ser aquello.
Desear ser algo que Dios no te ha llamado a ser es una expresión del espíritu de codicia. Él no puso cosas en ti para hacerte como otra persona; las puso en ti para convertirte en Su obra maestra única. Pero a diferencia de mis proyectos creativos que quedaron inconclusos, Él se quedará contigo hasta que luzcas como Su diseño original. ¡Me pone muy contenta saber que Dios no nos abandona!
Debemos captar la verdad en ese versículo 16 y mantenerla en nuestro pensamiento. Esta debe formar y moldear nuestras elecciones en la vida. Dios no solo planeó nuestro futuro en general, sino que ya ha escrito cada momento, de cada día, para toda nuestra vida… ¡antes de que naciéramos! ¡Eso es algo que te cambia la vida!
Un plan bueno para una vida buena
Antes de que pasara un solo día, Dios miró el plan y exclamó: «Es bueno». Mira Efesios 2:10 una vez más. Dios no solo planeó que hiciéramos buenas obras, sino que también estableció un buen camino para que lo recorriéramos. ¿Recuerdas esa palabra “bueno” en Génesis 1? He pensado mucho en Sus razones para una creación tan elaborada. ¿Por qué examinó Su trabajo tan de cerca? ¿Por qué tenía que ser “bueno”? ¿Por qué tanta atención al detalle y por qué tantas variedades diferentes de mamíferos, aves y peces?
¿Cuántos peces crees que nadan tan profundo en el océano que la humanidad nunca los descubrirá a todos sin la ayuda de Dios? ¿Cuántas especies de perros hay? ¿Cuántos tipos de aves crees que hay en el mundo? ¿Cuál podría ser el propósito de Dios?
Una Navidad, puse un cachorro en una caja y se lo entregué a mi hijo Max. Era un perro grande y feliz, de nombre Duke. Los varones parecen preferir los perros con los que puedas rodar. La mayoría de las niñas, en cambio, prefieren algo que puedan llevar. Entonces, una sola clase de perro no sería suficiente, razón por la cual Dios creó diferentes tipos y tamaños.
¿Por qué hacer las flores? ¿Por qué hacerlas hermosas? Sólo puedo identificar una razón: porque Él te ama, porque quiere que lo disfrutes todo. Esa es la razón por la que se tomó el tiempo y contempló Su obra. Él lo creó todo para el gozo de Su máxima creación: ¡tú y yo! Tenía que ser bueno.
¿Ya descubriste en Efesios cómo describió el plan que tiene para ti? Él te planeó con la misma intensidad que usó para planificar toda la creación, con la misma atención al detalle. Se aseguró de que fuera bueno. Eres una obra maestra… eres Su gozo… pintado por Dios mismo. Y cuando hiciste a Jesús el Señor de tu vida, renaciste para cumplir y culminar ese, Su gran plan.
Eclesiástico 3:11 (AMPC), nos dice: “Él ha hecho todo hermoso en su tiempo. También ha plantado la eternidad en los corazones y las mentes de los hombres [un sentido divinamente implantado de propósito y en funcionamiento a través de las épocas que nada bajo el sol, salvo Dios, puede satisfacer]…”
Eso me suena como el Salmo 139. Él ha plantado estas cosas dentro de nosotros. La única satisfacción que entonces podemos encontrar es vivir el plan tal como Dios lo diseñó, para ser la obra maestra que Él nos ha pintado para que seamos.
Eclesiastés 3:15 (AMPC) continúa diciendo: «Lo que ahora es ya ha sido, y lo que ha de ser ya ha sido; y Dios busca lo que ha pasado [para que la historia se repita]». En otras palabras, Dios ya ha visto tu vida de principio a fin. Su trabajo ahora es ayudarte a vivir esa vida que Él ha planeado y terminado, para ayudarte a hacer esas buenas obras que Él ya predestinó (planeado de antemano) para ti.
La Obra Terminada
Somos su obra maestra… una pintura que ya ha sido finalizada, pero que aún no ha sido pintada. ¿Confuso? No necesariamente. Piénsalo como un juego de pinturas por números. ¿Las has visto? ¿Qué hay siempre en la tapa de la caja? Una foto de la pintura terminada.
Antes de que nacieras, Dios pintó una imagen de tu vida, como esa imagen en la tapa de la caja. Tu vida es como ese lienzo, y Él puso dentro de ti todos los colores necesarios, junto con Sus instrucciones: Su Palabra. Él sabe cada paso que será necesario para que seas todo lo que Él planeó que fueras. Él sabe el final desde el principio. Él ya pensó en tu vida a través de Él, y la misma ya sucedió.
Una vez que sales del vientre de tu mamá, Él está allí, ayudándote a caminar a través de cada etapa para llevarte a ese lugar que ya está pintado para ti. Es como ese juego de pintura por números… Él creó la pintura, pero nos dio el pincel. Tú siempre sostienes el pincel.
Puedes arruinar tu pintura de muchas maneras. La arruinas con la desobediencia, con tonterías, con orgullo… haciendo las cosas a tu manera. Puedes tratar de convencer a Dios acerca de algo que Él no tenía planeado para ti… para abandonar el plan. O, por el contrario, puedes tomar tu pincel en mano y seguir el esquema que Dios te ha dado.
Él ve Su obra maestra como algo acabado, de la forma que fue planeada. Su diseño puede incluir una carrera, un cónyuge, la familia, el hogar, todo lo que te dará esa buena vida que Él creó para ti.
Ahora, estoy aquí para decirte que no lo convencerás de que sabes más que Él, así que, ¿por qué intentarlo? Simplemente toma el pincel y pinta según Su plan y diseño perfecto: el plan que Él ideó antes de la fundación del mundo.
No podrás ni inventarás nada mejor. Es imposible. El diablo podrá decirte: “Hay algo mejor que este plan. Necesitas buscarlo. Dios te está ocultando algo.”
Eso es exactamente lo que hizo en el Jardín del Edén, y lo ha estado haciendo desde entonces. Si eres lo suficientemente tonto como para escucharlo, lo arruinarás todo tal cual lo hizo Eva. Personalmente defino la locura como darle la espalda a la sabiduría de la Palabra de Dios, del Espíritu Santo, de las personas que Él ha puesto en tu vida para ayudarte. Eres un tonto si le das la espalda al plan, pensando que sabes más. ¡Pero no tienes que ser tonto!
Puede estar seguro de una cosa: todo lo que Dios te dice que hagas corresponde a la creación de Su obra maestra: Su buena vida. ¡Todo!
¡Deja que te complete!
Proverbios 20:24 nos dice que el Señor dirige nuestros pasos, entonces, ¿por qué tratar de entenderlo todo a lo largo del camino? Él tiene un camino establecido para nosotros. ¡Su objetivo es completar la obra maestra que eres!
Él se ha encargado de cada detalle. En el jardín, Él proporcionó la comida de Adán y Eva, su ropa, su cónyuge e incluso su ocupación. Les dio la bendición. Les dio semillas porque ya había plantado todo y lo hizo crecer. Hizo todo el trabajo. No tuvieron que esforzarse en absoluto. Sólo tenían que hacer lo que Él decía y LA BENDICIÓN haría que todo funcionara. Todo lo que Adán y Eva tenían que hacer, y todo lo que tenemos que hacer, es simplemente “mantenerlo”. Mantener LA BENDICIÓN. Mantener la promesa. Mantener el plan. Filipenses 2: 12-13 lo deja muy claro: «Esfuércense por demostrar los resultados de su salvación obedeciendo a Dios con profunda reverencia y temor. Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada.» (NTV).
Dios está garantizando ese plan que diseñó. Él está obrando en ti, dándote el deseo y el poder de pintar el cuadro, de hacer lo que le agrada. Y lo que le agrada es que seas lo que Él te diseñó para ser y hacer.
Él ha proporcionado todas las herramientas que necesitaremos para pintar nuestras vidas de acuerdo con Su plan. Él nos ha dado Su Palabra… la imagen completa y verdadera de cada uno de nosotros. Él nos ha dado Su Espíritu… no solo instrucciones paso a paso, sino que también nuestra fuente de poder para cada instante. Él nos ha dado a Jesús, nuestro ejemplo de lo que significa vivir la buena vida que Dios planeó. Él nos ha dado el Cuerpo de Cristo, los que nos animan a que podamos y seamos todo lo que Él nos ha diseñado para ser.
No estás solo ni a la deriva, tratando de lograr una tarea casi imposible. Dios te ama tanto, que ha planificado tu buena vida y ha provisto totalmente todas las cosas buenas que necesitas para levantar ese pincel y ver cómo se desarrolla tu vida, tal cual Él la desea. Tú eres la obra maestra de Dios. ¡Eres Su buena obra en progreso!