¿Quieres saber algo acerca de mí? ¡Soy una buscadora de tesoros! Siempre lo he sido.
¡Cuando era niña, sin importar a dónde estuviera, siempre buscaba un tesoro escondido. Y usualmente, ¡encontraba algo maravilloso, aun si fuera la única que lo pensara! No importaba si lo encontraba en un libro, en el bosque, en la playa, en una tienda de antigüedades, en una venta de garaje, o en el closet de mi mamá; siempre estaba de cacería. Tenía mis ojos abiertos, los oídos atentos y la mente concentrada para descubrir alguna cosa o un hecho.
¡Y todavía lo soy! Por ejemplo, el verano pasado, fuimos a una playa que es famosa por la belleza de sus conchas marinas. ¡Estaba en el paraíso! Me senté en la playa en medio de miles de conchas y excavé y excavé—buscando esa concha preciosa. Me sumergí en una corriente marina para encontrar ese tesoro. Recorrí la playa de un lado a otro, buscando. ¡Estaba dichosa!
Buscador de tesoros
Superkid, quiero hablarte acerca de ser un buscador de tesoros. No como los que ves en los programas de TV, sino un buscador que diariamente busca por SABIDURÍA. Proverbios es el lugar para aprender acerca de la sabiduría, así que empecemos en Proverbios 1:1-4, La Nueva Traducción Viviente, con estas ideas en mente:
Esos son los proverbios de Salomón, el hijo de David, el rey de Israel.
Su objetivo es enseñarle a la gente sabiduría y disciplina, y ayudarlos a entender las ideas de los sabios.
Su objetivo es enseñarle a la gente a vivir una vida disciplinada y exitosa, ayudarlos a hacer lo que es correcto, justo y bueno.
Estos proverbios darán entendimiento a la persona simple, conocimiento y discernimiento al joven.
El rey Salomón escribió la mayoría de los Proverbios, particularmente para su hijo. En 1 Reyes 3:12, Dios dijo: «Te daré un corazón sabio y comprensivo, como nadie nunca ha tenido ni jamás tendrá» (NTV).
Buscador de tesoros, escucha lo que Él quiere decirte—¡en especial, porque te está hablando a TI! Dios te ha provisto de toda la sabiduría que necesitas, pero tienes que valorarla lo suficiente para buscarla y darte cuenta cuando llega.
Cada buscador debe tener el equipo adecuado para coleccionar ese tesoro que él o ella están buscando. Cuando yo buscaba conchas marinas, llevaba una bolsa para recogerlas. El resto de mi equipo lo tenía incorporado: eran mis sentidos físicos de la vista y el tacto. Tenía que usar mis ojos para buscar; y después, cuando excavaba en la arena, usaba mi tacto para encontrar las conchas enterradas.
Proverbios 2:1-5 nos dice cuáles son nuestras herramientas de sabiduría. Dice: «Hijo mío, presta atención a lo que digo y atesora mis mandatos. Afina tus oídos a la sabiduría y concéntrate en el entendimiento. Clama por inteligencia y pide entendimiento. Búscalos como si fueran plata, como si fueran tesoros escondidos. Entonces comprenderás lo que significa temer al Señor y obtendrás conocimiento de Dios» (NTV).
Las herramientas para encontrar el tesoro
Escuchar, prestar atención, atesorar, concentrarse, clamar y pedir, son tus herramientas para encontrar el tesoro. Prácticamente involucran tus cinco sentidos físicos, y también el poder de tu espíritu y tu alma. ¡Las buenas noticias son que Dios nos ha diseñado para que recibamos sabiduría de esa manera! ¡Ya tienes el equipo necesario!
¡Hay oro!
Superkid, tal como se busca oro en un arroyo, existen muchas maneras en las que Dios te dará la sabiduría que necesitas. Lo primero que necesitas saber es que TODA la sabiduría fluye de Él, y puedes contar con que te la enviará fielmente. Hablando acerca de Jesús, Colosenses 2:3 (NTV) dice: «En él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento”. Habiendo establecido eso, veamos una de las fuentes principales que Dios ha planeado para otorgarte sabiduría.
Dales un gran hurra: “¡Que VIVAN los PADRES!”
Ser instructor de sabiduría no siempre es fácil, especialmente cuando te resistes y te rehúsas a la sabiduría que ellos te proporcionan. El Rey Salomón, el sabio, dijo en Proverbios 1:8-9: “Hijo mío, presta atención cuando tu padre te corrige; no descuides la instrucción de tu madre. Lo que aprendas de ellos te coronará de gracia y será como un collar de honor alrededor de tu cuello.” (NTV).
¿Lo ves? ¡Ahí están! Las coronas de piedras preciosas, los tesoros de oro. Y las obtienes a través de la corrección y la instrucción—justo en el momento en el que algunos niños no están buscando o pensando en tesoros escondidos. Pero tú eres distinto, Superkid. Cuando eso suceda, solamente recuerda: ¡la sabiduría es un tesoro, la sabiduría es un tesoro! ¡Y recuerda tus herramientas para buscar tesoros! Lo más maravilloso, es que tal como una corona o una medalla cuelga del cuello, las otras personas podrán ver claramente tu sabiduría a medida que la valores y camines en ella. Los demás empezarán a atesorar ese mismo tesoro que vean en ti… y Superkid, ¡esa es la manera en la que el Padre lo planeó!
Feliz búsqueda del tesoro, cadetes. ¡Más tesoros vienen en camino para ti… el próximo mes!
La Comandante Kellie