“Dios quiere que prosperes”.
Lo sé, probablemente estés pensando: Bueno, oímos eso todo el tiempo. Así qué, ¿tienes algo nuevo que decir?
Bueno, no puedo decir que lo que estoy a punto de compartirte sea exactamente nuevo, porque ha existido al menos desde que Dios pronunció por primera vez Sus bendiciones sobre Abraham. Pero, puedo asegurarte que es verdad. Dios quiere que prosperes. La Biblia lo dice en 3 Juan 2: «Amado, deseo que seas prosperado en todo, y que tengas salud, a la vez que tu alma prospera».
La verdad es que Dios quiere que prosperes. Pero hay algo más que Él desea. Él quiere que vayas más allá de buscar tu propia prosperidad y comiences a hacer que tu nación prospere. Así es. El deseo supremo de Dios es que el mundo entero prospere, y Él espera que tú seas parte y ayudar a que esto suceda.
Veras, Dios puede usar Su Palabra para tratar con nosotros como individuos, pero hay veces cuando Él toma decisiones o juicios que afectan a familias o naciones enteras.
Quisiera demostrártelo.
En Proverbios 14:34 (NBV), la Biblia dice: «La justicia engrandece a una nación, pero el pecado es una vergüenza para cualquier pueblo».
Lee esas primeras palabras: justicia y engrandecer. La palabra “justicia”, viene de la palabra justo, una palabra que se define como “caracterizado por rectitud o moralidad.” Como creyentes nacidos de nuevo, eso describe nuestra identidad en Cristo. Como Jesús, somos personas honestas, íntegras y morales. Creemos en la justicia.
Engrandecer significa “elevar”.
En otras palabras, para que nuestra nación sea exaltada, tendrá que suceder a través de las manos de los justos. ¿Por qué? Porque, como acabamos de leer, la justicia engrandece o levanta a una nación.
¿Quién está a cargo?
Nota lo que sucede cuando los justos están en autoridad o, como lo consideraríamos en la sociedad de hoy, a cargo o en control. En Proverbios 29:2, la Biblia dice: «Cuando los justos triunfan, el pueblo se alegra; cuando gobierna el impío, el pueblo gime».
¿Por qué crees que la Biblia dice «el pueblo se alegra»?
Es porque, cuando las personas justas están a cargo, la justicia prevalece. Y cuando la justicia prevalece, obtienes honestidad. Hay equidad, compasión, paz y prosperidad. En otras palabras, las cosas se hacen por el bien de todos.
Tristemente, ese no es el caso cuando se trata de líderes injustos e impíos a cargo. La última parte de esa escritura lo comprueba: «cuando gobierna el impío, el pueblo gime».
No tengo que decirte que la maldad es lo mismo que el pecado. Y la Biblia dice claramente en Romanos 6:23 que «la paga del pecado es muerte».
Cuando la gente malvada gobierna, o tiene el control, el resultado final siempre será la muerte. Puede que no venga en forma de muerte física, pero puedes estar seguro de que los resultados serán malos. Por ejemplo, en los tiempos del Antiguo Testamento, lo vimos manifestarse en formas tales como la enfermedad, pestilencia, plagas, hambruna, e incluso la muerte. Y aunque esas cosas sucedieron entonces, no hay nada que diga que no puedan repetirse de alguna forma hoy en día.
Sin embargo, lo que tenemos que entender es que todas estas cosas sucedieron a causa de la maldad. Sucedieron porque los injustos estaban en control. Y le sucedieron a naciones enteras.
Mira lo que la Biblia dice en 1 Reyes 15:25-26 acerca del rey Nadab, un gobernante de Israel: «Cuando el rey Asa tenía dos años de reinar sobre Judá, Nadab hijo de Jeroboán comenzó a reinar sobre Israel, y reinó dos años. Pero hizo lo malo a los ojos del SEÑOR; siguió el mal ejemplo de su padre y cometió los mismos pecados con que hizo pecar a Israel». ¿Entendiste lo que dice la escritura en la última parte del versículo 26?
No solo pecó Nadab, sino que toda la nación siguió su camino y fue llevada al pecado. Un poco más abajo en ese mismo capítulo, en los versículos 33 y 34, vemos que vuelve a suceder lo mismo: «Basá hijo de Ajías reinó sobre todo Israel en Tirsa durante veinticuatro años. Para entonces, Asa tenía tres años como rey de Judá. Y Basá hizo lo malo a los ojos del SEÑOR, y siguió el mal ejemplo de Jeroboán, y con sus pecados hizo pecar a Israel».
Y en el capítulo 22, vemos que la maldad continuó durante el reinado de Ocozías, hijo de Acab. Cada vez que un «rey hizo lo malo a los ojos del Señor», la nación sobre la que gobernaba sufrió. ¡Su pueblo pagó el precio!
Preparándote para hacer prosperar a tu nación
El pecado tiene consecuencias. Pero, si estás caminando en justicia y viviendo una vida de obediencia a Dios y a Su Palabra, no tienes que preocuparte por esas cosas. Puedes estar seguro de que no sólo prosperarás tú, sino que también prosperará tu nación.
Es vital que cada creyente lo comprenda. La razón por la que Satanás desea tan desesperadamente destruir a los EE. UU. es porque es la nación faro del evangelio para el mundo entero. Pero Dios no quiere que sea destruida. Él tiene una obra que finalizar en este país, y para ayudar a hacer la obra te ha puesto en esta nación, si es que vives en los EE. UU.; una nación que desde su comienzo fue establecida con el propósito de atraer a toda la humanidad hacia Él.
Él ha traído gente de todas partes del mundo y ha abierto la puerta del evangelio a aquellos que nunca antes lo habían escuchado predicar. En los Estados Unidos se gasta más dinero para evangelizar a sus propios ciudadanos y para evangelizar a otros países, que en todas las demás naciones del mundo combinadas. Y más misioneros han salido de los EE. UU. que de todas las otras partes del mundo en conjunto.
En el gran plan maestro de Dios, esto sólo puede continuar hasta que todo el mundo sepa que Jesús es el Señor, y que Él salva, sana y libera.
¿Cómo sucederá? Ocurrirá a través de creyentes como tú y yo, personas que están comprometidas a mantenerse firmes en la Palabra de Dios, caminar en obediencia a lo que Él nos dice que hagamos, siempre haciendo el bien a Sus ojos.
La Biblia dice en Deuteronomio 6:17-19: «Cumplan cuidadosamente los mandamientos, testimonios y estatutos que el Señor su Dios les ha ordenado cumplir. Haz lo recto y lo bueno a los ojos del Señor, para que te vaya bien y entres y tomes posesión de la buena tierra que el Señor juró dar a tus padres, y para que él arroje de tu presencia a tus enemigos, tal y como el Señor lo ha dicho».
Fíjate en lo que dice en el versículo 18: «Haz lo recto y lo bueno a los ojos del Señor, para que te vaya bien».
Esa es la clave. Si hacemos «lo que es recto y bueno,» entonces la Biblia dice: «que te vaya bien.”
¿Entiendes el significado de la frase “que te vaya bien”? Significa que las cosas te saldrán bien, que serás bendecido al entrar y bendecido al salir; bendecido ya sea que estés en los suburbios, en la ciudad o en el campo. Significa que vivirás en paz y sin miedo. Significa que la enfermedad y la dolencia no se acercarán a tu morada, y que la destrucción y la calamidad te evitarán.
«Vaya bien» significa que prosperarás. Y porque tú prosperas, también lo harán tu familia y tu nación.
Amigo, quien está en control sí es importante. Ya sea en tu hogar o en el trabajo, en la iglesia o sobre tu ciudad, estado o país, la persona a cargo –a la que tienes que seguir— sí importa.
La Biblia declara que a través de Dios has sido hecho justo. Eres simiente de Abraham, heredero de Dios y coheredero con Jesucristo. Como justo de Dios, tienes autoridad, no sólo sobre tu vida y tu destino, sino sobre el de tu nación.
¡Puedes hacer que tu nación prospere! V