¡La sangre de Jesús!
Mi esposa y yo sintonizamos el programa televisivo de Gloria y Billye, del 6 al 10 de febrero del 2012… y solicitamos el libro de Kenneth Hagin La Autoridad del Creyente, el cual mencionó Billye dentro de la programación y, después de leerlo por tercera ocasión, solicité 30 copias más para regalar.
Unas semanas después, me reuní con mi prima y le compartí cómo mi esposa y yo estábamos utilizando nuestra autoridad como creyentes al orar todos los días para que la protección divina, es decir, la sangre de Cristo, rodeara a nuestra familia.
Al siguiente día por la mañana, mi prima me comentó: “Lo que me compartiste ayer, ¡salvó la vida de mi hija! Después de que te fuiste, declaré la sangre de Cristo sobre mi familia. Quince minutos más tarde, mi hija iba conduciendo detrás de un enorme tractor fumigador de cultivos. El conductor, quien desconocía que ella iba detrás, puso la máquina en reversa, ¡y retrocedió sobre su automóvil! La llanta pasó a centímetros de ella, y ¡salió ilesa del accidente sólo con dos pequeños rasguños! ¡Toda la alabanza sea para nuestro Dios!”
Ken y Olivia R. | Canadá
Dios es nuestro Proveedor
Llamé a su línea de oración y uno de sus maravillosos ministros oró conmigo por una entrevista de empleo que iba a tener. Aunque sentí completa paz en la entrevista, no obtuve el empleo. Sin embargo, permanecí firme en la Palabra de Dios, en la cual se nos enseña que Él tiene planes para prosperarme y que todas las cosas obran para mi bien.
Tuve que consolidar mis deudas, lo cual en lo natural, me dejaba muy limitada cada mes. Mi automóvil se averió, y ustedes me apoyaron en oración y permanecieron en fe junto a mí. Y gracias a sus enseñanzas pude permanecer firme en fe. Vinieron a mí pensamientos que me decían que dejara de diezmar y ofrendar, pero sabía que esos pensamientos estaban mal, pues no podía darme el lujo de dejar de diezmar.
Hace unas semanas, apliqué a otro empleo ¡y lo obtuve! Dios me indicó que diera más del 10% y ahora el dinero que recibo cada mes equivale a la cantidad por la cual estuve diezmando y ofrendando. Alabado sea el Señor, qué maravilloso testimonio para mis hijas, quienes ahora saben, sin lugar a duda, que Dios es nuestro proveedor.
Muchas gracias por sus enseñanzas, por ser fieles a la Palabra de Dios, y por orar por mí y conmigo.
Suzy U. | Reino Unido
Hay autoridad en el nombre de Jesús
Después que los tornados azotaron el área de Dallas y Fort Worth, llamé a KCM para darles mi testimonio. Gracias, Kenneth y Gloria, por enseñarme que de acuerdo con Marcos 11:23, podemos hablarle a la “montaña” en el nombre de Jesús. Y eso fue lo que hice, cuando vimos un tornado al Este de nuestra propiedad. ¡Y ALABADO SEA DIOS!, el tornado se disipó.
Linda E. | Colorado
Permaneciendo firme en la Palabra
En octubre del 2011, los médicos me diagnosticaron un tumor llamado histeromioma, endometriosis y un quiste en el ovario izquierdo. El médico me dio la opción de realizar una cirugía para remover el quiste y el tumor. Oré y no había paz en mi espíritu en cuanto a esa cirugía. Creí que Dios podía sanarme y que no había necesidad de intervenir quirúrgicamente. Declaré las escrituras, y comencé a leerlas todos los días —por las mañanas y por las noches; así como lo enseña Gloria—. En mi iglesia oraron por mí, y sembré una semilla financiera para recibir mi sanidad. Sintonicé la Escuela de Sanidad, y les envié mi petición de oración. En mayo, ingresé al hospital con hemorragia, y el diagnóstico fue confirmado —el quiste había crecido—. Una vez más, me sugirieron la cirugía; sin embargo, seguí dándole gracias a Dios por mi sanidad.
En junio, volvieron a llevarme al hospital con hemorragia. ¡Pero los análisis revelaron que no había ningún quiste! Éste había desaparecido entre mayo y junio. Fue algo sobrenatural porque no tomé ningún medicamento, excepto la Palabra de Dios. En octubre, en lugar de endometriosis, sólo me diagnosticaron algunos signos de esa enfermedad. Sigo permaneciendo firme en la Palabra, creyendo que el tumor también desaparecerá. ¡Dios es fiel a Su Palabra!
G.S. | Rusia
Alabado sea Dios.
Gracias por cada programa de televisión LVVC, por cada revista y por cada correo electrónico. Pues me alimento y me sumerjo por completo en ellos. Cada día me dispongo a cumplir la Palabra, las enseñanzas de mi pastor, quien me habló de su ministerio.
L.C. | Canadá