Yo? Quizá te preguntes. Ni siquiera tengo suficiente dinero para suplir mis propias necesidades, ¡mucho menos podría ser de bendición para otros!. Sin duda alguna, los discípulos de Jesús también pensaron lo mismo, cuando una multitud hambrienta de más de 5.000 personas necesitaban ser alimentadas, y Jesús se volteó hacia ellos y les preguntó: «… ¿Dónde […]
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