En las últimas escenas de la película “La lista de Schindler”, Oskar Schindler aparece despidiéndose de los judíos a los que salvó de la muerte del holocausto durante la segunda guerra mundial. Por unos instantes observa su lujoso y brillante automóvil, y otras cosas que le pertenecen, y dice: “Podría haber salvado más. He debido vender este auto… Habría podido salvar diez más. Este lapicero hubiera salvado 5 más… Este anillo, el oro en este anillo, podría haber salvado dos…”
Através de tu conexión con los Ministerios Kenneth Copeland, ¡estás alcanzando el mundo! Tu fiel apoyo en oración, ofrendas de tiempo y finanzas nos capacitan para que juntos podamos traer al reino de Dios otras dos, diez, y en algunos casos, hasta un millón de almas. No puedo expresarte que tan agradecidos mi mamá, mi papá, nuestro equipo en KCM y yo estamos por la fidelidad de todos aquellos que están a tu alrededor. ¿Y qué bendición existe que sea más grande que compartir las buenas nuevas de Jesús?
Pienso que todos percibimos que el Señor regresará muy pronto. Y probablemente tú, como yo, estarás pensando: ¿Qué puedo hacer para ayudar, alcanzando a diez más, cinco más, o aún dos más para el Reino de Dios?
Mi mamá y mi papá tienen esa clase de urgencia. No es sólo llevar la Palabra a cada rincón, sino también ayudar a cada colaborador a hacer su parte, ya que el fin está muy cerca. Ellos saben que no pueden hacerlo solos. La respuesta para cada colaborador —para cada creyente— es caminar en la plenitud de su llamado.
Por supuesto, de eso se trata la colaboración. Es un pacto. Los pactos siempre se han tratado acerca de unirse a alguien para lograr algo en conjunto, algo que no podrías lograr por ti mismo.
Hay cosas que Dios quiere hacer en esta Tierra a través de KCM, que mi mamá y papá no pueden hacer sin ti y sin mí. Y hay cosas que Dios quiere que hagamos nosotros, como colaboradores, que no podemos hacer sin mi mamá y mi papá —sin ser partícipes de la unción y sin compartir la gracia del ministerio que está en sus vidas—.
Creo que todos deseamos hacer nuestra parte. Deseamos prosperar en cada área de nuestra vida, para que así otros puedan ver y desear la sanidad, la paz y la victoria que tenemos. Deseamos crecer financieramente para poder apoyar los 5 ministerios (Efesios 4:11) en estos últimos tiempos. Deseamos imponer manos sobre los enfermos y verlos sanar, ministrar la realidad y el poder de la Palabra de Dios a todos los que están cada día a nuestro alrededor.
Estamos en una guerra espiritual. El tiempo es corto y necesitamos traer a la familia de Dios a todos los que podamos. Para hacerlo, cada uno de nosotros debe hacer su parte.
Te animo a tomar aquellas herramientas del Ministerio KCM que han cambiado tu vida y usarlas para presentarles a tantas personas como puedas el mensaje de todos los derechos y privilegios que les pertenecen como creyentes. Grítale acerca de la esperanza a algún amigo o vecino; preséntales el programa de televisión “La Voz de Victoria del Creyente”, nuestras convenciones, o nuestra página de internet. Si cada uno de nosotros traemos el próximo año a tan solo una persona como colaborador de KCM, iremos en buen camino a ser un millón fuerte de colaboradores, cambiando juntos el mundo mientras vivimos mostrando el amor de Dios. Y no tenemos que hacerlo solos… podemos hacerlo juntos.
Frecuentemente describo este ministerio de la misma forma que describo a mis padres. Es un ministerio construido sobre la Palabra de Dios y la fe —uno que representa firmeza, compromiso e integridad—. No encontrarás dos personas más comprometidas con Dios y Su llamado en sus vidas que mis padres. Y no encontrarás un ministerio más determinado en cumplir con la comisión de predicar el evangelio a las naciones que los Ministerios Kenneth Copeland.
Quiero que sepas que estamos aquí para ti. Realmente nos interesa lo que pasa en tu vida. Estamos aquí para suplir tus necesidades en todas las formas en las que Dios nos ha equipado. Queremos ayudarte a lidiar con los problemas que enfrentas, a encontrar las respuestas que necesitas en la Palabra de Dios y a enseñarte cómo liderar una vida victoriosa en Cristo Jesús.
Eres la razón por la que hacemos lo que hacemos.
Nuestra página de internet, el programa de televisión, las reuniones que tenemos durante todo el año, audios, videos, los libros —y nuestra presencia en varias formas en los medios sociales— son todas herramientas diseñadas para llevar a nuestros colaboradores y amigos a un lugar de máxima efectividad en el reino de Dios. Te animo a aprovechar todos estos recursos.
Sin importar la forma en que lo hagas —si llamas, escribes, pides por una petición de común acuerdo, ordenas productos o buscas algo en es.kcm.org—¡queremos ayudarte a suplir tus necesidades!
Tu colaboración nos ha ayudado a avanzar.
Ahora cuéntanos cómo podemos ayudarte a crecer.