Gracias por ministrarme
Me gustaría agradecerles a ambos, y a su ministerio, por ayudar y animar a personas como yo, alrededor de todo el mundo, a través de la Palabra de Dios. Disfruto mucho al leer la revista La Voz de Victoria del Creyente, y he aprendido mucho gracias a los testimonios de mis hermanos y hermanas. Le doy gracias a Dios por la vida de ellos y por Su amor hacia todos nosotros. Al leer la revista reconocí mis errores y me llené de gozo con lo que la hermana Gloria escribió acerca de la voz de la obediencia, y cómo ser una persona obediente.
He aprendido mucho gracias a la lectura de la Biblia, a la oración; y además, he aprendido a seguir lo que el Espíritu Santo está enseñándome a ser, y lo que debo hacer. He recibido sus cartas, el devocional (Crezcamos de Fe en Fe), y revistas. Gracias.
Le pido a Dios que bendiga a su familia, y a su ministerio. Al ser un prisionero, no tengo nada para poder pagar lo que su ministerio ha hecho por mí, o por lo que me ha enviado; sin embargo, estoy convencido de que Dios le bendecirá abundantemente. Muchas gracias.
A.V. | Fiji Islands
Reprendí la tormenta
En el último feriado del verano, nos encontrábamos acampando en Luxemburgo (Europa). Una noche, nos levantamos debido a una fuerte tormenta. Nuestra carpa estaba siendo sacudida violentamente por un fuerte viento. El temor trató de apoderarse de mí. No obstante me levanté, tomé mi Biblia y encontré en su interior una carta de colaboradores de KCM que decía: “No hables acerca del clima, ¡háblale al clima!”. También leí el Salmo 91.
Luego, reprendí la tormenta, y aunque ésta no paró en el exterior, la tormenta de temor que tenía en mi interior se calmó y la paz de Dios vino sobre mí. Aún en medio de la tempestad, regresé a mi cama y me quedé dormido en paz. A la mañana siguiente, la tormenta había desaparecido sin dejar daño alguno. Sé que estamos seguros porque «El Señor te cubrirá con sus plumas, y vivirás seguro debajo de sus alas. ¡Su verdad es un escudo protector!». ¡Alabado sea Dios!
No tenemos que temer cuando vienen las tormentas.
Vincent G. | Holanda
El poder del común acuerdo
Estaba creyendo por obtener un empleo en la industria de transporte de camiones. Un miércoles tomé un curso con una compañía de transportes; el jueves, aprobé el examen de manejo profesional, y el lunes me ofrecieron el trabajo. Gracias KCM por haber creído conmigo.
Bill J. | Canadáde la
La verdad triunfa sobre la tradición
Acabo de leer el artículo de la hermana Gloria en la revista La Voz de Victoria del Creyente de Agosto de 2013. En el mismo ella habla acerca de los diferentes tipos de tradiciones que la gente tiene acerca de la sanidad. La Nº 1 era: «Dios recibe la gloria cuando aceptamos la enfermedad con buena actitud». Eso era exactamente en lo que yo había creído por 20 años. Cuando el médico me informó que sentía un tumor en mi cuello, tuve que esperar varias semanas por una cita en el hospital para un ultrasonido. Un día antes de la cita, mi esposo y yo paseábamos en bicicleta por un hermoso camino campestre. Y mientras pedaleaba, yo pensaba en el Señor, y le decía: “Ahora, me presento ante Jesús con esta enfermedad, dándole gloria a Tu Nombre a través de ella”. Mientras meditaba en eso, Él me respondió: No necesito que estés enferma para glorificar Mi Nombre.
¡Al escuchar esa voz, casi me caigo de la bicicleta! Acepté esa gran verdad, en ese mismo instante. Sabiendo que estaba sana, me dirigí rápidamente hacia la casa de mi hermana, y le dije que no se preocupara más por mí, pues el Señor me había sanado. No cancelé mi cita en el hospital, y después de hacerme varios exámenes lo único que el médico pudo decir fue: “No hay nada en
lo absoluto. Es más, ni siquiera haré el ultrasonido”.
En muchas ocasiones el Señor me ha sanado y ha sanado a otras personas a través de mi vida, y continúa haciéndolo hoy en día. Estuve leyendo Deuteronomio 28:61 y Gálatas 3:13, y me preguntaba: ¿Cómo puede ser negada Su gloriosa verdad? Y estoy en total acuerdo con Gloria Copeland y Dodie Osteen: cosas maravillosas suceden cuando cambias la tradición por la fe. ¡Alabado sea el Señor por
Su paciencia!
B.B. | Reino Unidog
Mi mamá fue totalmente sana
Quiero darles gracias por habernos enviado las Escrituras de sanidad que utiliza Gloria Copeland. Mi mamá fue totalmente sanada. Ella las leía todos los días, y fue sanada de un sangrado de menopausia severo. Jesús es nuestro Sanador. Muchas gracias y que Dios los bendiga.
O.T. | Filipinas