De estar en coma, a la recuperación total
¡Alabado sea Dios por esta oportunidad de contactarlos! Quiero alabar y agradecer a Dios por la victoria en la vida de mi esposo este pasado abril. Era Jueves Santo cuando se accidentó —un coco todavía verde y duro se desprendió de una palmera y cayó sobre su nariz, impactando también otra área de su rostro. Mi esposo se deslizó en un coma y fue trasladado de urgencia a un hospital cercano. Más tarde experimentó síntomas de mareo, dolor de cabeza, sangrado de nariz, debilidad y alta presión arterial. Debió ser trasladado a otro hospital en las inmediaciones para mayor observación. Fue entonces cuando le pedí a mi hermana, quien es una colaboradora de KCM, que mantuviera a mi esposo en oración. Yo también oré. Después de un día de observación en el hospital, el doctor nos informó que no había trauma severo en el área del impacto. Su rostro lucía como si no hubiera tenido ningún accidente. Los resultados de laboratorio salieron negativos y dentro de los rangos normales. ¡Alabado sea Dios! Gracias, KCM, por ayudarnos en oración. Fue una experiencia magnífica del amor del Señor. Gracias por estar siempre listos por nosotros.
S.T. | Luzon, Filipinas
La Palabra de Dios sanó a mi nieto
Mi nieto vivía con su mamá en Moscú y luego ella lo envió para que viviera conmigo en Samarkand, Uzbekistán. El tenía 8 años cuando arribó, pero tenía problemas—mojaba la cama de noche. Por supuesto que consultamos con especialistas, pero no ayudó en nada. Quiero dar testimonio de que mi nieto y yo recibimos de parte de ustedes el libro La voluntad de Dios es la Sanidad. Lo leímos con esmero en tanto que anotamos las escrituras referentes a la sanidad. Mi nieto se memorizó el Salmo 91 en su totalidad. Ahora, él está sano y no necesita de medicación alguna; sólo la Palabra de Dios. Lo comprendí—es muy sencillo. Dios lo sanó.
L.S. | Samarkand, Uzbekistán
La colaboración ha cambiado su vida
Deseo compartirles que desde el mes de enero del 2014, cuando me hice miembro colaborador del Ministerio KCM, mi vida va cambiando día a día y veo transformar mi mente por el poder de la Palabra de Dios. Hace 15 años que me consolidé en el camino del Señor, pero nunca antes había buscado a Dios con la pasión que ahora se ha despertado en mí. Estoy muy agradecida con Dios por el privilegio de haber conocido por este medio a Kenneth y Gloria Copeland, a quienes considero mis padres espirituales. Dios los bendiga con más y más revelación de la Palabra para que nos sea enseñada a todos, y para nuestro crecimiento. Muchas gracias y Dios los bendiga en sobreabundancia.
J.P. | Bolivia
Liberado de la adicción y la rivalidad
Dios me libró del alcoholismo. Doce años atrás, escuché su programa y las palabras “Una palabra de Dios puede cambiar tu vida”. Me aferré a esas palabras. Necesitaba de un cambio en mi vida en forma desesperada. Creí y fui bautizada. Dios me abrió los ojos y me liberó de la persona con la cual vivía, la cual provocaba que consumiera alcohol, peleas y rivalidades. En un mes y medio, conseguí el dinero para comprar muebles nuevos. Todo esto es gracias a Dios. Para mí, ¡es un verdadero milagro! ¡Gloria a Dios!
S.T. | Zelenodolsk, Rusia
“¡Dios me sanó!”
Mis amados en Cristo, le agradezco a Dios por lo que ha hecho en mi vida. ¡Alabo Su santo Nombre! Escribí a KCM dos meses atrás, pidiendo por oración para mi sanidad. Creía en que Dios me sanaría de un fibroma uterino. Ayuné y oré, en tanto que leí los materiales de sanidad que KCM me envió. Leí muchos testimonios de personas que habían tenido fibromas y de cómo éstos habían desaparecido.
Una mañana, alrededor de las 3 am, tenía dolor abdominal y expulsé un coágulo sanguíneo. Fue en ese instante que recordé que éso era lo que le había sucedido a esas personas que sanaron. Comencé a alabar a Dios, agradeciéndole por mi sanidad. Una hora más tarde, expulsé otro coágulo. Sabía que el poder sanador de Dios estaba sobre mí.
Durante ese tiempo de oración y fe, creyendo por mi sanidad, ¡Dios me sanó! Más tarde, fui al hospital para que me realizaran una ecografía. Continué creyéndole a Dios y agradeciéndole por mi sanidad. Y Él lo hizo—¡Soy sana! Gracias, KCM, por todas sus oraciones.
M.O. | Hong Kong
¡Consiguió un nuevo trabajo!
Llamé al Ministerio para orar en común acuerdo para que Dios me proveyera un nuevo trabajo. ¡Me regocija compartirles que lo conseguí!
Pat O. | High Point, North Carolina