¡Hola, Superkid! Ya estamos en febrero, y el 2017 sigue en movimiento. Sé que Jesús tiene planes maravillosos que quiere concretar en nosotros. El mes pasado hablamos acerca de la reunión “Vayamos a Jesús”, ese tipo de reunión en la que muchos padres piensan que necesitan juntar a toda la familia. ¿Cómo la pasaste? Oro que nuestro mensaje del mes pasado te haya ayudado a entender y aprender de los momentos de corrección de una manera diferente y mejor. Es fácil escuchar la palabra “corrección” y salir corriendo en la dirección opuesta como lo hicieron los israelitas, tal cual estudiamos el mes pasado. Creo que las verdades de las que hablamos el mes pasado, te guiarán a nuevos lugares en Jesús por el resto de tu vida (para leer el artículo otra vez visita: es.kcm.org/lectura). Es en estos “nuevos lugares en Jesús” en los que encontrarás aventuras maravillosas en Él.
Superkid, te hablo de una nueva relación con Jesús. Una relación similar a la que tienes con tu mejor amigo, en lugar de tan sólo aprender el nombre o algunos detalles acerca de los demás. ¿Te gustaría conocer a Jesús de una nueva manera? Te escucho respondiéndome: “¡Sí, Comandante Kellie!” (Imagíname saltando de alegría).
Las buenas noticias son que ya has empezado a hacerlo. Al estar abierto a la corrección y a la enseñanza como lo estudiamos el mes pasado, le abriste la puerta a una relación REAL con Jesús. Él les dijo a Sus amigos en Juan 15:14: «Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando» (Nueva Versión Internacional). Sin embargo, no se trata solamente de obediencia; se trata de entregarle tu vida, para que Él tenga el mando en ella. Leamos Hebreos 12. Todo el capítulo se trata acerca de correr la carrera, o de vivir la vida que Dios Padre ha diseñado para nosotros. En la primera parte, habla acerca de mantener tus ojos en Jesús. ¡Él es Quien peleó por nosotros para que podamos estar cerca del Padre! Y Él es Quien engendra la FE en nuestro interior y también Quien la PERFECCIONA. ¿Fe para qué? Fe para permanecer, para correr la carrera y lograr vencer todos los obstáculos que enfrentemos.
Piensa en la vida como una carrera en la TV, con desafíos, obstáculos y barreras, en la cual tienes un ¡ENTRENADOR! Él te está diciendo lo que necesitas saber para ganar cada etapa de la carrera. ¡Ten cuidado con esa trampa! ¡Agáchate! ¡A la derecha! ¡Ve más despacio y focalízate! ¡Más rápido, corre! ¿Puedes imaginártelo? ¿Está el entrenador siendo malo contigo al darte esas direcciones? ¡NO! Simplemente te está INSTRUYENDO y CORRIGIENDO.
¿Qué diferencia tiene eso con lo que el Señor hace con nosotros? Volvamos a Hebreos 12. ¿Por qué los Israelitas temieron tanto cuando el Señor los entrenó en ese entonces para escapar de faraón y la manera en la que hacían las cosas en Egipto? Como descubrimos el mes pasado, Él no los corregía porque estuviera disgustado con ellos. Él los estaba INSTRUYENDO para que pudieran alcanzar la Tierra Prometida y una nueva manera de vivir.
¡Hebreos 12 describe la corrección como la misma manera en la que un gran Padre amoroso y maravilloso obra! ¿Por qué la gente huye de la corrección? La alternativa es un padre desconectado, indiferente al que no le importa nada. ¡Nuestro Padre no es así! Él envió a Su Hijo único, Jesús, para que fuera nuestro salvador; a pagar el precio para que nosotros pudiéramos ser sus hijos por siempre. Hebreos 12 dice que no necesitamos ir al monte Sinaí, un lugar de fuego ardiente, oscuridad y torbellino, como hicieron los hijos de Israel. Nosotros ACUDIMOS A JESÚS, a una reunión de hijos de Dios, cuyos nombres están escritos en el cielo. Nosotros acudimos a Jesús, cuya sangre dice: “¡Estás perdonado!” Mi parte favorita de todas estas reuniones de “Vayamos a Jesús” son los versículos 25-29 en La Biblia El Mensaje.
Así que no hagas oídos sordos a estas palabras de gracia. Si los que ignoraron las advertencias terrenales no se salieron con la suya, ¿qué nos pasará si le damos espalda a las advertencias celestiales? Su voz ese tiempo sacudió la Tierra hasta sus cimientos; esta vez ‒nos lo ha dicho con toda claridad‒ también sacudirá los cielos: “Una última sacudida, de arriba hacia abajo, de proa a popa”. La frase “una última sacudida” significa una limpieza minuciosa de la casa, deshacerse de toda la basura histórica y religiosa para que los fundamentos inquebrantables permanezcan claros y despejados. ¿Aprecias lo que tenemos? ¡Un reino inquebrantable! ¿Y ves cuán agradecidos debemos ser? No sólo agradecidos, sino rebosantes de adoración, profundamente reverentes ante Dios. Porque Dios no es un espectador indiferente. Está limpiando la casa de manera activa, quemando todo lo que necesita ser quemado, y no renunciará hasta que todo esté limpio. ¡Dios mismo es fuego! (traducción libre).
Superkids, Jesús está haciendo limpieza de la casa en nosotros, porque ¡Él tiene cosas grandiosas destinadas para nosotros! Todo aquello que podría reducir nuestra velocidad, lastimarnos o prevenirnos de la vida de libertad y victoria en Él, ¡ha sido barrido y quemado! ¡A nadie le gusta limpiar la casa, pero todos disfrutamos de una casa limpia! Así que a pesar de que la corrección no siempre es divertida y los cambios no son siempre fáciles, ¡tu nuevo yo amará la nueva manera de hacer las cosas!
Así que como Superkid repite: “¡Hagámoslo, Jesús! ¡Hazme brillar! Y si hay algo en mí o acerca de mí que no te guste, ¡quémalo! ¡Estoy corriendo la carrera, y voy a GANAR!”
¡SUPERKID, NOSOTROS GANAMOS!